1.- Una jornada como la del Presidente y la Canciller, en Cúcuta, más la tensión y las expectativas por una verdadera y auténtica solución sobre los factores de intercambio y bilateralidad con Venezuela, debió servir para que el primer mandatario de la nación y la Ministra de Relaciones Exteriores captaran el clamor y los sentimientos de una ciudad y región que experimentan evidente y manifiesto marginamiento y olvido del centro nacional, porque no hay normas, regulaciones y procedimientos que se proyecten sobre el conjunto y con el fin de propiciar, el hallar alternativas que superen la crisis existente y proyecten la gestión hacia acciones positivas y trascendentes.
Además, la representatividad institucional y política no ha encauzado los factores que gravitan sobre esta faja territorial para dar paso a la investigación, la confrontación de argumentos y el surgimiento de iniciativas que con los consecuentes respaldos y asistencias impulsen a la ciudad y a la zona en general hacia perspectivas con mayor aliento.
2.- Sí, al empresariado regional le falta un actuar más acompasado y de mayor unidad, porque son muchos los temas por enfocar y hallar respuestas, así como múltiples las perspectivas que puede conjugar el proceso de integración con Venezuela y, más ahora, cuando necesita resurgir y consolidar iniciativas, pero faltan convocatoria, renovación de cuadros y más espíritu asociativo. Y lo anotamos con seriedad porque Cúcuta ha tenido dirigentes como Guillermo Eliseo Suárez, Nicolás Colmenares, Antonio Gómez Plata, Numa P. Guerrero, Carlos A. Rangel, Pedro Entrena Parra –para aludir tan solo a unos pocos – que vivieron al ritmo del servicio y propiciando el acierto en busca del progreso de la urbe.
3.- Cúcuta tiene mucho por hacer y de importancia, porque es un centro motor para múltiples y variadas opciones en lo comercial, industrial y servicios, pero requiere incentivos, estímulos, mecanismos y pautas que permitan promover inversiones y empeños que trasciendan los límites, sin olvidar lo indispensable y urgente sobre el agua, el gas, la apertura y el mejoramiento de vías y los entendimientos regulatorios y ojalá de carácter bilateral, entre Colombia y Venezuela para canalizar y aprovechar bien la importante ubicación geoestratégica que tenemos al estar en la mitad del continente americano y en la proximidad de importantes recursos.
Sí, el empresariado cucuteño y regional tiene que despertar y concertar mejor y de manera más comprometida y explícita lo que necesita y requieren la ciudad, la región y la zona en general. Seguir escuchando el ruido de los helicópteros y viendo el cierre de vías –ante la presencia de altos voceros y funcionarios, sin precisar o definir acciones y conductas – es seguir perdiendo el tiempo.
Sí, porque lo que hay por resolver es, ahora. Y lo estrictamente nuestro, más lo bilateral e internacional, requieren de políticas de Estado. Y, también, se necesitan descentralización administrativa y más representatividad.
JOSÉ NEIRA REY
Foto: Juan David Tena – SIG