1.-La necesidad de definir no solo las características y las condiciones que precisan lo que es, significa y representa una zona o área fronteriza, para con ello identificar y calificar las obligaciones y derechos de uso y aplicación especial a los pobladores –naturales o simplemente domiciliados en esos territorios o en tránsito y vinculación temporal – y establecer las directrices que fijen y constituyan las bases para una auténtica y ejemplarizante política de fronteras que mejore, amplíe y proyecte lo hasta ahora logrado y vigente, requiere de varios pasos y complementos, que son exigentes e incuestionables para la expedición de las normas y las reglamentaciones que deben ser las bases impulsoras de acciones y conductas que tanto se ansían y que no pueden seguir en suspenso, mientras estos límites o puntos de contacto sufren la marginalidad e indiferencia de los centros nacionales y la paralización de planes, programas y proyectos de modernización que bien podrían integrar y dar vida a múltiples iniciativas, frenadas o limitadas, por medidas y actos – a veces unilaterales – que no tienen en cuenta la magnitud e importancia de empeños y tareas que podrían ser beneficiosas y de gran cobertura si existiera una legislación apropiada y con incentivos, estímulos y mecanismos que otorgaran vivencias y apoyos a actividades más productivas y progresistas que generen empleos, capacitación, investigación e innovación.
2.- Si nos detenemos a valorar y profundizar en la realidad y los alcances de las gestiones encaminadas a buscar el progreso – incluyendo la previa paz y los acuerdos que se deben consolidar para el posconflicto – para que entre Colombia y Venezuela palpiten esa confianza y mancomunidad de intereses que desde sus orígenes institucionales insinuó y alentó el libertador Simón Bolívar y en lo organizacional y educativo puso en marcha Francisco de Paula Santander, debe propiciarse y fortalecerse una viva unión integracionista para emprender trabajos y hacer de estas tierras los pegantes y lazos de confraternidad que permitan lo que ansiamos vivamente.
3.- Además, no dar cabida a la improvisación, el fanatismo y el intervencionismo politiquero. Y Crear una comisión de integración y desarrollo binacional fronterizo en la que tengan validación la descentralización administrativa y operativa, y la representación regional o sectorial de cada zona o área.
JOSÉ NEIRA REY