Hoy, murió José Neira Rey (9 de octubre de 1938 – 4 de febrero de 2022). Hombre de fronteras, ser humano preocupado por el desarrollo de la faja binacional. Incomprendido en sus planteamientos y poco escuchado acerca de sus propuestas.
Trabajo publicado el 21 de abril de 2012 en la revista www.contraluzcucuta.co
CÚCUTA.- José Neira Rey fue un hombre orquesta. Abogado, egresado de la Universidad Libre, estudió economía, aunque su pasión era la filosofía. Incursionó en la radio y como pasatiempo preferido tenía el estudio de fenómenos paranormales.
Era sincero. Le molestaban la mentira, el engaño, el zafarrancho y el despotismo. Lo hacían feliz la tranquilidad y escuchar música clásica. Admiró a los compositores Tchaikovsky y al noruego Eduard Grieg.
Tenía como fundamento de vida el aprender y el servir.

- “Al mundo no venimos a comer helados y a que nos digan doctor. Se aprende todos los días, cantando, observando. Servir no es dar plata, puedo servir brindando una sonrisa, acompañando a un amigo en la desgracia. Cuando partamos nos llevamos lo que aprendimos y lo que servimos”.
Nació en Bucaramanga. Allí estudió hasta noveno de bachillerato. Llegó a Cúcuta debido a que su padre, trabajador de Tejicondor, fue trasladado a esta ciudad. Terminó la secundaria en el colegio Sagrado Corazón de Jesús, donde el sacerdote Zaldívar descubrió sus dotes para la escritura.
Se caracterizó por ser buen estudiante. Le gustaba la radio. En el plantel educativo narraba los encuentros deportivos de basquetbol, voleibol y fútbol. Una vez un locutor lo invitó a trasmitir un partido del Cúcuta Deportivo. En el segundo tiempo Neira se equivocó: “Ha ponido el esférico ‘La garza’ Caicedo”. Se dio cuenta del error y avergonzado dijo que jamás volvería a tocar un micrófono. El locutor le dijo que eso era producto de los nervios. Así empezó la trayectoria en la radio.
Estudió un semestre de medicina en la Universidad Libre (Bogotá), se dio cuenta de que no era lo suyo y se pasó a derecho. En la capital del país fue locutor de algunos programas radiales de la emisora Nuevo Mundo. Presenció los problemas de la toma de poder de Gustavo Rojas Pinilla. Terminó segundo año de derecho y decidió trasladarse a Barranquilla, donde hizo tercero y cuarto año. Terminó la carrera en Bogotá.
Recién egresado, su padre sufrió de trombosis, por lo que debió venir a Cúcuta para estar pendiente de la salud del progenitor. En la capital nortesantandereana no conocía a nadie. Habló con el alcalde Luis Rodríguez y le permitió hacer la práctica de judicatura. En 1961, antes de terminar el año de judicatura, tuvo la oportunidad de ser director de Fenalco.
Dirigió el radioperiódico ‘El Tribunal del Pueblo’, en la Voz del Norte y en la Voz de la Gran Colombia. Fue promotor de la primera Feria Nacional de la Frontera, en 1968. Impulsó y organizó hasta la octava Feria y gestionó la primera feria internacional de Cúcuta.
Ese fue el inicio de muchos éxitos en la trayectoria profesional. Fue delegado de Colombia en México, embajador de Colombia en Finlandia, presidente de la Cámara de Comercio Colombo-Venezolana, presidente de Fundempresa, gerente de las Empresas Públicas Municipales, gerente de Bolautos (Compañía Bolivariana de Autos), director de la Caja de Compensación Familiar, director de la Corporación de Ferias y eventos de la Frontera, dueño y director de la emisora Voz de la Gran Colombia.
El presidente Belisario Betancourt lo nombró Secretario de Asuntos Fronterizos.
Para Neira todos los cargos exigían responsabilidad.

- “A veces no se cumplen todos los propósitos previstos; sin embargo, lo que uno haga debe hacerlo de la mejor manera y con voluntad”.
Publicó, cada semana, en el periódico local la columna Notas al margen, en la que exponía su pensamiento, especialmente acerca de los problemas fronterizos. Desde ese espacio propuso la creación del Banco Binacional, la construcción de un aeropuerto internacional, la integración con Venezuela, el desarrollo de la frontera y muchos otros asuntos de interés regional. Sus palabras cayeron al vacío.
Escribió el libro ‘Desde el final de la tierra’, en el que relató la experiencia como Embajador de Colombia en Finlandia (1993-1995) y contó la vida de ese país nórdico.
Hizo parte del grupo de Los Cien. Equipo de trabajo conformado por profesionales, divididos en seis comisiones, que analizaban la situación de la frontera y de los estímulos necesarios para impulsar el desarrollo industrial en la región. Su último cargo fue la presidencia de la Corporación Acción Nortesantandereana y Fronteriza (Canyfron).
- “Los problemas en la frontera no son económicos sino humanos. No hay trabajo en equipo, no hay asociación. Hay facilismo e inmediatismo. Lo que necesitamos es organizarnos, unirnos no solo a nivel nacional sino binacional”.
JULIETH CANO
jullieth_1205@hotmail.com