CÚCUTA.-La escuela de niños Nuestra Señora de Belén, llamada así hace 50 años, primer centro de educación formal del barrio Belén, al suroccidente de la ciudad, encierra abundantes historias particulares y humanas que reflejan el éxito y, a veces, la decepción entre quienes formaron parte de esta comunidad educativa.
Antes de que Alianza para el progreso (en la época de John F. Kennedy) construyera la escuela de niñas, el municipio edificó cuatro salones en una explanada que darían lugar, con el tiempo, al puesto de salud, la cancha (aunque posteriormente fue el lugar del colegio), el parque y el templo católico. Allí comenzó el desarrollo humano de una comunidad, pues es la educación la guardiana del pasado y la constructora del presente promisorio.
En la historia de esta escuela son muchas las situaciones y personas que pueden destacarse. Sin embargo, en atención al hecho concreto del medio siglo, es importante relevar la figura y las acciones del profesor Gustavo Castañeda Yáñez, de Salazar de las Palmas. Desde sus mejores años de juventud, dedicó su vida al engrandecimiento de una comunidad, con trabajo constante y perseverante en la función escolar, promoviendo a un gigantesco grupo de estudiantes en la evolución física, cognoscitiva, social y cultural para afrontar con logros positivos la vida mediante la realización de proyectos particulares.
Empezando, y hasta que llegaran los estragos de la Ley 715, era el director de la escuela. Después, su rango figura como coordinador. De todas maneras, así las grandes reformas de la educación en Colombia tengan que ver con la cantidad y no con la calidad, el profesor Castañeda ha brindado sus esfuerzos día a día para conservar inmarcesibles los grandes principios pedagógicos del saber, del desarrollo del pensamiento por medio de un método y con la ayuda de los otros, sin dejar de dar máxima importancia al trabajo comunitario que trasformará vidas individuales y a la misma comunidad.
Esta vida, sigilosamente llevada en los últimos 37 años, le permite hablar con propiedad de los logros o de sentir el malestar por lo que faltó o de las buenas influencias descartadas en algunos de los padres de familia o estudiantes. Esta dedicación recibe día a día el reconocimiento de los habitantes, que ven con agradecimiento la labor ininterrumpida de este maestro.
Los logros personales y profesionales son evidentes:
1.- Mantenimiento de la planta física
2.- Gestión hasta lograr el coliseo cubierto
3.- Cuidado del ambiente prodigado por la vegetación dentro y fuera del establecimiento escolar
4.- Excelente camaradería entre compañeros, padres de familia, estudiantes y comunidad.
Estas circunstancias se unificaron para celebrar en diciembre con actividades académicas y culturales los 50 años de la escuela de niños del barrio. Sin duda, el profesor Castañeda es un modelo digno de imitarse en el aspecto personal, familiar, docente y social. Muchas generaciones venideras seguirán reconociendo el valor de tan digno maestro al servicio de la comunidad del barrio Belén, de Cúcuta.
EUGENIO PACÍFICO CARRERO
Muchas gracias a toda la comunidad educativa y un reconocido homenaje al profesor Gustavo Castañeda por festejar medio siglo formando grandes generaciones y revivir momentos significativos.