CÚCUTA.- En el 2002, el Concejo autorizó al Alcalde celebrar un contrato para la adquisición, construcción, administración, operación, mantenimiento y clausura de la escombrera municipal. En el Acuerdo quedaron estipulados el cargue, descargue, trasporte y disposición final de los residuos de materiales de obra, agregados sueltos de construcción y suelos residuales de excavación.
De la misma manera, se facultó al gobernante local para aportar recursos y contribuir con la viabilidad económica de hasta el ciento por ciento de la concesión.
El candidato a la Alcaldía, Andrés Cristo Bustos, a pesar de no saber dónde está la escombrera municipal, hizo una serie de observaciones y se comprometió a “poner en cintura”, esta y otras concesiones que afectan la ciudad.
La tildó como “un mal chiste para la ciudad”, y dijo que no solo es el caso de la escombrera, sino que “todas las concesiones tienen vicios que perjudican la ciudad”.
Una concesión está definida como el “negocio jurídico por el cual la Administración cede a una persona facultades de uso privativo de una pertenencia del dominio público o la gestión de un servicio público en plazo determinado bajo ciertas condiciones”.
En Cúcuta, la Alcaldía entregó bajo esta figura el manejo del aseo, el alumbrado público y el suministro de agua. Está por entregar la administración de los megacolegios que se construyen en la periferia cucuteña. Otra concesión que funciona en la región es del manejo de los peajes.
Cristo Bustos dijo que aparte de invertir en ese hueco el ciento por ciento de varios de los impuestos que pagan los cucuteños, no se cumple con las normas impuestas por Corponor, o las disposiciones ambientales que rigen para las escombreras.
Tampoco, se cumple con lo estipulado en el contrato. En Cúcuta, teniendo la recolección de basura pagada, los usuarios tienen que recoger la basura. “Eso solo pasa en Cúcuta, por eso tenemos que poner en cintura las concesiones”.
“No es posible que a solo 500 metros del perímetro urbano esté la escombrera municipal. Eso solo es una muestra de falta de administración, y por eso el municipio pierde más de $600 millones mensuales”, afirmo el candidato Andrés Cristo.
El lote está concesionado a 24 años. La medida le costará varios miles de millones al municipio, dinero que hay que tirar en la escombrera municipal.
Funambiente, sorpresivamente, fue la única licitante el 28 de noviembre de 2003, cuando Planeación Municipal ordenó la apertura del proceso, que cerró el 10 de diciembre. La oficina la declaró hábil y ajustada a los precios del mercado y al presupuesto oficial. .
El 23 diciembre de 2003, mediante resolución se adjudicó el contrato a Funambiente, y el 29, se celebró el contrato de concesión 2597. El 20 de Febrero de 2004, se legalizó.
A pesar de la existencia de la escombrera, los desechos siguen tirándose en la variante La Floresta, en la ribera del Pamplonita, en la Avenida del Río y en la esquina más cercana a las construcciones.