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CÚCUTA.- De los 41 incendios forestales atendidos por los organismos de socorro en Norte de Santander, 19 se mantienen activos. Las llamas afectan 1096 hectáreas en Tibú. El Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres (CDGRD) se concentra en identificar a los culpables y educar a la población para evitar las quemas.
El balance señala que en lo que va corrido del año, las conflagraciones han afectado las siguientes zonas rurales de Tibú y La Gabarra:
- La Serena, Carboneras, P-15, Kilómetros 12, 14, 19, 20, 22 y 27, Campo Dos, Refinería, M-14, M-24, J-25, Palmeras, El Silencio, Puerto Reyes, Villa Nueva, Socuavo y Tres Curvas.
El fuego ha alcanzado potreros, pastizales, bosque nativo, cultivos de palma de aceite, maleza y vegetación virgen. El coordinador del CDGRD, Anelfi Balaguera Carrillo, resaltó que el aumento de incendios forestales ha demandado esfuerzos humanos y recursos municipales y departamentales.
Uno de los puntos de partida para disminuir el impacto en los sitios afectados es que las autoridades locales prometieron perseguir a quienes atenten contra la fauna y la flora, y provocan fuego de manera premeditada.
La tesis del funcionario se basa en que desafortunadamente persisten mitos en los que algunos pobladores señalan que, al hacer quemas controladas, el calor y las llamas van a mejorar los suelos, lo que fue descartado de tajo por los asistentes y expertos.
“Lo que se está haciendo es empobrecer los suelos, y peor aún, estas quemas se están saliendo de control afectando grandes recursos ambientales que tiene el departamento y que son estratégicos en la zona del Catatumbo”, comentó Balaguera Carrillo.
Al total de las hectáreas consumidas, se les suman las 800 afectadas en el Parque Natural Barí, para un aproximado de 2000 hectáreas. El impacto ecológico causado es de grandes proporciones. La recuperación de los bosques afectados -si es que se consigue- puede llevar décadas.
La extinción del incendio del resguardo Catalaura demandó una inversión cercana a los $ 200 millones. Para atender los 41 incendios el valor es incalculable. Los recursos se pudieron invertir en actividades de prevención o proyectos en salud, vías o educación, que permitan una mejor calidad de vida a las comunidades.
Existe un compromiso de la Fiscalía, la Inspección de Policía y la administración municipal de tomar medidas judiciales en contra de quienes que se les compruebe la iniciación de quemas, para utilizar estas zonas posteriormente como sembradíos.
El objetivo es mitigar cualquier situación que ocurra en materia de riesgo y, particularmente, de las 41 conflagraciones en Tibú y cerca de los 37 en el resto del departamento. Una de las metas será impartir campañas pedagógicas apoyadas por las alcaldías, los medios de comunicación y las juntas de acción comunal, cuyo mensaje debe ser el de concienciar sobre el cuidado del medio ambiente y el uso racional del agua.
Foto: corponor.gov.co
