CÚCUTA.- El bosque del departamento se ha perdido gradualmente ante el accionar de la mano del hombre. Hace 20 años, 214.000 hectáreas han sido arrasadas por la tala. El impacto lo ha soportado el ecosistema que se encarga de generar agua para la población nortesantanderena.
La revelación la hizo Corponor en medio de la conformación y fortalecimiento de la mesa de guardabosques. En el grupo de trabajo participan la Secretaría de Vivienda y Medio Ambiente y las universidades Francisco de Paula Santander y de Pamplona.
Desde el área académica se busca la implementación de proyectos que sirvan para blindar los bosques, en especial los páramos Santurbán y Almorzadero, considerados fuentes de agua que surte a Norte de Santander y Santander.
La Gobernación y el Ministerio del Medio Ambiente han aunado esfuerzos para debilitar la tala en los bosques. Para 2020 y 2080 se muestran cifras desalentadoras para el medio ambiente regional.
La Secretaría de Vivienda y Medio Ambiente Departamental ha generado acciones encaminadas con los objetivos de la mesa de guardabosques, al implantar el programa de la Biocuenca, que se encarga de mitigar la tala con apoyo de la comunidad.
Entre las causas que destacan en la indiscriminada destrucción de bosques están los cultivos ilícitos, para el caso de El Catatumbo, y de la palma, que dejan a Tibú como el municipio más afectado en Norte de Santander y que sucumbe ante estas prácticas negativas para el medio ambiente.
La estrategia es apoyada por el área de bosques del Ministerio del Medio Ambiente. El programa es pionero en Colombia.