Una guaya y una canastilla sirven de medio de trasporte y de comunicación para más de 15.000 chinacontenses, herranenses y ragonvalenses, luego del desplome de la montaña. Esa herencia se las dejó ‘La Niña’, fenómeno natural que destruyó más de 120 metros de calzada en San Pedro. El daño vial, también, los mantiene alejados de Cúcuta.
El rudimentario medio de movilización sirve, además, para sacar los productos agrícolas y para trasladarse hasta la capital del departamento a hacer diligencias personales, profesionales, políticas, económicas y oficiales.
El gobernador William Villamizar y el coordinador del Comité Regional de Atención y Prevención de Desastres, Aldemar García se dieron un paseo en canastilla para sentir el vértigo y conocer de primera mano lo sucedido en esa área nortesantandereana.
El Alcalde de Ragonvalia, Elmer Gamboa, y los concejales de Chinácota aprovecharon la visita para exponer las necesidades de los municipios y buscar soluciones inmediatas a los problemas que dejaron las lluvias. Como ayuda recibieron la promesa oficial del inicio de la recuperación vial, a partir de este lunes. Los recursos para las obra están en Colombia Humanitaria.
El drama en las carreteras se vive en la mayoría de los 40 municipios de Norte de Santander. Este problema se le será presentará, el martes, al Ministro de Trasporte, Germán Cardona, y a los directores del Inco y el Invías en Cúcuta.
Armando Gamboa, presidente del Concejo de Chinácota, dijo que el desplome de la montaña en San Pedro afecta a esas tierras ricas en producción de tomate de árbol, mora, plátano y otros productos. Hace dos meses están incomunicados y con las cosechas a punto de perderse.
Gregorio Cáceres, vocero de la verada Caliche, pidió con urgencia que se habilite el paso caído. En la zona comienza a sentirse el desabastecimiento de alimentos y otros productos que llegan de Cúcuta y Venezuela.