CÚCUTA.- La Avenida del Río fue construida con el objetivo de propiciar entornos ambientales agradables y fomentar el deporte al aire libre, para mejorar la salud física y el bienestar de los cucuteños. Fue dotada de mobiliario para el descanso de deportistas, caminantes y visitantes. Las bancas hacían parte del decorado a lo largo de los cuatro kilómetros de recorrido.
Un día, comenzaron a verse las sillas en estado de deterioro. Primero, se perdieron los espaldares metálicos; luego, fueron destruidas las partes construidas en cemento, y, por último, las bases las arrancaron y solo quedó el recuerdo.
Asiduos visitantes del sitio culpan a los habitantes de calles del estado deplorable en que se encuentran las bancas. Dicen que las destruyeron para vender las cavillas por chatarra. De es amanera se ganan unos pesos para alimentar los vicios a las drogas y el alcohol, mientras dañan la imagen de un sector llamado a ser epicentro turístico.
Semanas atrás, la administración municipal cambió las cestas de la basura y las ubicó junto a las antiguas. La empresa de aseo constantemente hace arreglo de la yerba que crece en la ciclovía. Pero ninguna ha mirado hacia las sillas, ni los operarios se han percatado del estado que acusan.
A diario, centenares hombres y mujeres salen a caminar, trotar y correr por la pista. Sin embargo, nadie se ha percatado del deslustre del lugar y siguen el camino sin protestar.