CÚCUTA.- Cuando 10 de las 11 asociaciones de pimpineros que había en Norte de Santander se unieron para formar Coomulpinort desapareció la camaradería.
Sintragasolina, la única que quizá vio un mal negocio en la agremiación, se ha convertido en ‘el palo en la rueda’ para el funcionamiento del programa de reconversión laboral al que se quiere medir el resto de vendedores informales de combustible en el departamento.
Mario Arévalo, gerente de Coomulpinort, dijo que el diputado por el Polo, Ramón Tamara, y quien lleva las riendas de Sintragasolina, se ha ensañado contra la cooperativa para desprestigiarloes.
En la campaña de descrédito los acusan de que “se están robando la plata, y la sobretasa de la gasolina no se está girando. Arévalo estimó que los ataques tienen como origen el no haber accedido a las exigencias del sindicato.
“Lo único que quieren es estropear el convenio, que vuelva el contrabando. Lo hemos visto y leído en esos panfletos que circulan entre los asociados de la otra agremiación”, dijo Arévalo.
Explicó que es más fácil que llueva hacia arriba que perderse un galón de gasolina. “Tenemos que pasar una serie de procesos para sacar la gasolina”. Ecopetrol cuenta con tres software que vigilan el expendio. Uno, revisa la documentación; otro, que la estación tenga capacidad para entregar combustible, y el último, revisa todo.
“Si el sistema detecta que el chófer del vehículo no es el que lo tiene que manejar no se permite el lleno del tanque y no se puede otorgar la guía”, dijo Arévalo. Los trasportadores del hidrocarburo deben portar ese documento. Los carros, semestralmente, son sometidos a revisiones para verificar que no haya irregularidades.
“Acá todos los dineros se manejan virtualmente. Las transacciones se hacen diariamente por medio de un computador al cual solo accede la contadora, que tiene la clave”.
Coomulpinort entrega, al mes, el 90 por ciento de las utilidades al programa de reconversión laboral, que entregó 25 pimpineros trasformados en tenderos y agricultores. Otros 50, el Sena está listo para entregarlos en la provincia de Ocaña, donde el 95 % de la gasolina ilegal entra por puerto Santander.
“Venezuela está contenta con el programa. También, se afectan por el contrabando. Vemos con alegría que el 95 % del diesel está en manos de la legalidad y la gasolina la manejan las estaciones de servicio”, enfatizó Mario Arévalo.
EL LLAMADO
Coomulpinort se declaró como una organización de puertas abiertas, respetuosa de la libertad de mercado. Sugirió que las demás asociaciones den la lucha por el otro 50 % de la demanda que tiene la gasolina.
“Solo tenemos el 50 por ciento del negocio, pero tenemos el ciento por ciento de los problemas. El llamado es para que peleen por el restante del mercado frente a Terpel”.
La cooperativa reúne a 1.500 expendedores que aguardan en la calle que el programa de reconversión laboral tenga resultados para dejar la pimpina, el embudo y el espacio público.
MARIO CAICEDO
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