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CÚCUTA.- El deporte, en cualquiera de sus disciplinas, da lecciones para la vida. Esos recuerdos quedan en el cerebro y nunca más se borran, hasta el punto de contarlos, años después, con la nitidez del momento vivido. El ciclismo, en ocasiones, pareciera haber sido inventado por intrépidos hombres que no le temen al peligro.
Los colombianos aficionados al ciclismo aún palpitan con la imagen de Luis Alberto Herrera (Fusagusagá – 4 de mayo de 1961), en la que se lo ve con el rostro chorreado de sangre. Tour de Francia de 1985, etapa 14, sábado 13 de julio. Verlo ahora sentado en frente, tranquilo, sin el afán del mañana, es otro cuento.
Sereno para hablar, como en los tiempos que montaba en el caballito de acero, narró la historia de la primera caída desde la bicicleta, la que le quitó los nervios y la que le sirvió de experiencia para el resto de la vida. La primera bicicleta se la regaló la madre.
- Cuando estaba pequeño llegué de la escuela y cogí la bicicleta para dar una vueltica. Resulta que eso era como en bajada. Cuando pasé frente a la casa fui a frenar y no tenía frenos. Cogí la primera curva y en la otra, la bicicleta me sacó y me botó como si hubiera ido en un caballo.
El incidente, contado de esa manera, solo lleva a imaginar ese instante de susto para el pequeño. Afortunadamente, no pasó nada, porque si no el mundo se hubiera privado de ver al escarabajo colombiano cómo devoraba los kilómetros para coronar la cima.
Lucho vino a Cúcuta el último fin de semana, como invitado a la Feria de los Campeones. Compartió tarima con Álvaro Lozano, legendario pedalista nortesantandereanos y también conocedor del esfuerzo que se hace sobre la bicicleta para llegar a la meta a pesar del clima y de las incomodidades de la carrera.
Del lote de colombianos destacó a Patrocinio Jiménez, Pablo Wilches, Fabio Parra, Manuel Ignacio Gutiérrez, Argemiro Bohórquez. Hizo memoria y resumió para no caer en olvidos involuntarios. Era un grupo grande.
Los recuerdos invitan a la nostalgia al ver cómo han transcurrido los años. El recuento de historias y anécdotas continúa.
- La experiencia de Lagos de Covadonga (Vuelta a España 1986), fue muy buena. Ese año, me acuerdo, el equipo Café de Colombia me convenció de ir a la Vuelta a España. No quería, porque en 1985 no me fue bien. Me dijeron, usted no va a ganar, no va a hacer nada, se va es a preparar para el Tour de Francia y va a rodar. ‘Bueno, si es así voy’.
El liderazgo del equipo recayó en Martín Ramírez. El día anterior a la etapa miró la clasificación y pensó que podía ganar. Tenía sensaciones positivas y se sentía bien, en forma. No comentó con nadie esa intención. En carretera todo le fue favorable.
Luego de partir del grupo, tras el esfuerzo de Bohórquez, los españoles le advirtieron que era el líder de la carrera. A partir de entonces cambió de mentalidad, se puso la camiseta del mejor y no la soltó más. Primer colombiano en ganar una de las tres grandes del calendario mundial.
En el pelotón colombiano lo respetaban. Álvaro Lozano recordó que en la Vuelta a Colombia entre los rivales pasaban la voz y decían ‘no lo toreen, déjenlo quieto’. Y tenían razón. Cuando quiso partió del lote y los demás llegaron a la meta cinco minutos después. En Europa había comprobado que era el mejor escalador del mundo y aquí solo lo refrendó a pedalazos.
Al retirarse las carreras las amistades quedan en el pavimento. Se pierden los contactos con los amigos conseguidos en todos esos países por los que pasó y donde mostró el tricolor.
- Laurent Fignon (1960 – 2010) no era una persona de confiar en el grupo. Podía ver cualquier falla y atacaba. A veces lo hacía en las zonas de alimentación. Aprovechaba que medio había viento y atacaba. Armaba desorden.
Alcanzó a correr siete veces el Tour de Francia (1984, 1985, 1986, 1987, 1988, 1989, 1991), al que califica como la carrera más dura por etapas. Los ciclistas llegan al ciento por ciento del estado físico y con aspiraciones de ganar. Se va duro en el plano, en las llegadas de etapa, en la montaña. En todo momento es fuerte.
¿Por qué no corrió con equipos europeos?
- Tenía todas las oportunidades con Café de Colombia y preferí seguir ahí. Igual era un equipo nacional. Ahora, Nairo o Egan no pueden, porque no hay un equipo nacional que los patrocine acá y obligatoriamente tienen que estar en un equipo europeo.
En uno de los intermedios del conversatorio, Lucho firmó el libro de los visitantes de la biblioteca pública Julio Pérez Ferrero. En una página quedaron el mensaje, el agradecimiento y la rúbrica del Luis Alberto herrera.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
