Contraluz.CO Sólo Periodismo
Artículos relacionados
CÚCUTA.- Colombiano de nacimiento; venezolano de corazón; barranquillero por convicción, no por presión, y rosariense por elección. Nació en Bucaramanga, vivió en San Antonio del Táchira, aprendió de la vida en Barranquilla y vive en Villa del Rosario. Diseña ropa deportiva, pinta sobre tela, adorna sombreros, embellece zapatos y decora camisas. Ha vestido a reinas y en una época fue modelo.
Es poco el oficio que queda sin que Edwin Álvarez no lo haya intentado. Para graficar lo que sabe hacer dice que también lee la mano. Es instructor de gimnasio y entrenador personal. En los tiempos libres piensa en el siguiente dibujo que plasmará por gusto o por encargo.
La Escuela Distrital Carnaval de Barranquilla lo graduó como técnico profesional en diseño. Ahí terminó de aprender lo que necesitaba para vivir en medio de un mundo que lo deleita y en el que conoció de apellidos, alcurnia y alta costura.
- Tengo la cualidad de ser perfeccionista y exigente con mi trabajo. Eso se ve revelado en lo que hago. Los detallitos son los que hacen la obra.
La pintura en sombreros le gusta, porque es un trabajo personalizado. La gente pide lo que quiere tener. Alguien le pide que plasme el logo negocio, otro le lleva motivos naturales, a los demás le encanta las figuras que salen de su inspiración. En este lado de Colombia le piden colores serios, no tan llamativos, como los exigen en la Costa.
En la última feria a la que asistió, en San Cristóbal (Venezuela), llevaba en la camisa, pintados a mano, un tucán y una guacamaya. Los animales sirvieron de gancho para que los asistentes al recinto preguntaran por el origen de los dibujos. Así ha ocurrido en otros momentos con los productos que exhibe. Los curiosos terminan enamorándose.
Un día, a pesar de estar bien en la capital del Atlántico, tomó la decisión de emprender viaje hacia la frontera. Escogió a Villa del Rosario.
Diseñador para reinas
Edwin es criado en San Antonio del Táchira y está agradecido con este municipio venezolano, porque allá comenzó la carrera como diseñador. Un amigo, por curiosidad, lo introdujo en el diseño y la confección de vestidos para reinas. Bastó una pregunta retadora para dar el paso hacia ese oficio.
‘¿Se atreve a hacer un traje para Miss Táchira?’.
La respuesta fue positiva, a pesar de que ese es otro campo de trabajo alejado de la pintura. A pesar del cúmulo de trabajo que tenía, aceptó. Vistió a la candidata y al final del concurso obtuvo el tercer puesto entre 30 diseñadores. El debut había sido fabuloso.
- Hay propuestas a las que no me les hago para atrás.
Así entró al grupo oficial de los encargados de confeccionar los trajes de las reinas. En ese renglón vio pasar 14 años. Volvió al podio en otras ocasiones. Ocupó el segundo lugar y cuando llegó a ser proclamado como el mejor se retiró de las pasarelas. Bautizó ese traje de fantasía como ‘Yare, tradición y fantasía’, en homenaje a ‘Los diablos del Yare’ (festividad religiosa).
La verdad es que no tenía nada que ver con este ambiente de costura, linos, lentejuelas, hilos y agujas.
Edwin Álvarez sabe que para asistir y destacar en las galas debe cuidar la presentación personal. En ese momento sale a flote otra de las actividades en las que se ha desenvuelto, el modelaje. Esto lo aprendió, también, en Barranquilla.
A los 20 años, lo descubrió una fotógrafa y destacó el multiángulo que poseía. Esa característica le abrió las puertas a este ambiente. Luego, fue el momento del castin para la empresa de calcetines y lo eligieron entre 150 modelos. La exigencia del trabajo, la despreocupación y la preferencia por la vida tranquila lo alejó de los reflectores y las cámaras.
Las fotos de esa época muestran a un joven con cuerpo trabajado en el gimnasio, lejos de la figura del hombre de 54 años que es hoy. Los recuerdos se mantienen en la mente.
Ahora, quiere que quienes trabajen a su lado como expositores luzcan de la mejor manera para dar buena imagen. Esa lección corresponde al curso de márquetin que adelantó para posicionar su marca.
Refugio rosariense
Al comienzo, la estadía en Barraquilla no fue la mejor, a tal punto que permaneció días encerrado en el apartamento. Hasta cuando le agarró el ritmo a la ciudad y se adaptó. En San Antonio había dejado la casa sola y decidió volver.
- Cuando llegué todo se había acabado. Se habían robado lo de la casa. Rescaté lo que pude y lo vendí. Y a empezar de nuevo.
¿En Villa del Rosario qué hace como artesano?
- He estado pintando acrílico al frío. Me buscaron para hacer un taller, pero no tengo la pedagogía para enseñar.
También, está vinculado a la corporación Artes Empíricas y se alista para participar en otra feria en San Antonio. En el apartamento trabaja solo, evita que lo interrumpan con preguntas incesantes, escucha esa música que lo tranquiliza y le ayuda para que la imaginación vuele.
- También soy entrenador personal y le leo la mano si quiere.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
