Contraluz.CO Sólo Periodismo
Artículos relacionados
CÚCUTA.- Al dejar de lado el tablero, el borrador y los marcadores reflexionó acerca del presente que comenzaba al otro día. ‘¿Qué voy a hacer de ahora en adelante?’. Preguntó al aire, en silencio, y el eco no respondió de inmediato. De lo único que estaba segura era de que no se quedaría quieta y encontraría oficio. Y así fue.
La profesora Esperanza Meneses acababa de conseguir la pensión y decidió que era momento de decirles adiós a la institución educativa, los alumnos, las materias, las izadas de bandera y la preparación de clases. Había vivido mucho tiempo en este ambiente que le granjeó respeto y reconocimiento en Bochalema.
Pasaron los días y encontró ocupación. Comenzó a trabajar con la familia en la conformación de la empresa de artesanías. La materia prima serían los cuernos de las reses sacrificadas en el matadero municipal. De ahí parte el proceso.
- Ahora están difíciles de conseguir. Nos los llevan a la casa y tienen un periodo de maduración de 3 a 4 meses. Primero se hace el despuntado, luego se somete a calor de leña, se mete a la prensa para conseguir una lámina plana, se limpian los bordes, se abren con segueta, se pega el diseño de las piezas elaborado en papel, se corta y se procede a lijar.
Esta labor es manual. Otros elementos utilizados para la perfección del producto son la piedra de río y el polvillo de loza para alcanzar el brillo que lucen en los mostradores. Este recorrido también se lleva a cabo con los huesos y las pezuñas.
En dos días está listo el par de mancornas, porque son una pieza. Los remaches se hacen con cacho. El trabajo, al final, denota presentación y gusta a los compradores, que luego las lucirán en el puño de las camisas.
De bisutería elaboran anillos, pulseras, aretes, collares, hebillas para el cabello y botones. Si están en capacidad de hacerlo, se le miden a cualquier pedido. Vasos vikingos para los cerveceros, portavasos, garzas, recipientes para condimentos, y muchos otros productos están sobre la mesa.
- Hace 20 años, empezamos con cositas pequeñas, porque el trabajo es pesado. Nosotros hacemos los diseños como fluyen las ideas.
Esperanza, por la formación docente, es amable. El tono de voz es suave y cada explicación acerca del arte que hoy desarrolla es una enseñanza. Quizás, así transmitía los conocimientos a los alumnos para que asimilaran el aprendizaje de cada asignatura que tenía a su cargo.
La gente que conoce las piezas, sea en Bochalema o en cualquier lugar del país, aprecia el esfuerzo que hacen en el taller. El público que asiste a las exposiciones valora el trabajo y atiende las demostraciones del oficio.
¿Quiénes trabajan en Cuerno Arte?
- Mi hermano Eduardo, es el del conocimiento; mi hermana Jimena, encargada de los empaques y ayuda con el control de calidad; mi hermana Consuelo, ayuda a lijar y a brillar, y yo, estoy pendiente de todo.
Esperanza revisa, acomoda, surte los materiales. Lleva el control de las labores, para evitar que a alguno se le vaya la onda. Les mete las manos a las máquinas. Lo único que no hace es calentar la materia prima ni cortar con segueta, porque es pesado.
La empresa está matriculada en Artesanías de Colombia y ha asistido a ferias en las que destacan las piezas elaboradas con cuernos de reses. Fontur la llevó a Bogotá. Y los sueños están puestos más allá de las fronteras nacionales.
- Me gustaría llevar los productos a España o a Estados Unidos. Sacarlos del país. De pronto se presenta esa posibilidad.
¿Y en materia de precios?
- Oscilan entre $ 40.000 y $ 200.000. Me parece barato por el trabajo. Para que quede la pieza perfecta el trabajo es pesado. Pero me gusta y lo veo como una terapia.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
