CARACAS.- Arzobispos y obispos de Venezuela analizaron la situación del país y expusieron el pensamiento de la Iglesia en cuanto al clima social que reina en la nación vecina. La Conferencia Episcopal, en la centésima sexta asamblea plenaria ordinaria, concluyó que la “democracia está resquebrajada”.
Entre las propuestas urgentes para salir de ese estado de deterioro, los pastores católicos hicieron una serie de propuestas urgentes y llamaron al Consejo Nacional Electoral a cuidar el proceso del referéndum revocatorio para que se lleve a cabo este año. “Impedirlo o retrasarlo con múltiples trabas es una medida absurda, pues pone en peligro la estabilidad política y social del país, con fatales consecuencias para personas, instituciones y bienes”.
Señalaron que las angustias y las esperanzas del pueblo venezolano son compartidas en estos momentos por numerosas instancias nacionales e internacionales. “La escasez y carestía de alimentos, medicinas e insumos hospitalarios nos están llevando al borde de una crisis de seguridad alimentaria y sanitaria, con consecuencias sociales impredecibles”.
En los últimos días, miles de tachirenses acosados por el hambre pasaron la frontera y llegaron a Colombia en busca de los productos que hace tiempo desaparecieron de los estantes, en los supermercados venezolanos.
Los venezolanos afrontan un momento crucial en los campos moral, económico, político y social. “Ha disminuido drásticamente la calidad de vida”. La prédica constante de odio, la criminalización y castigo a toda disidencia afectan a la familia y a las relaciones sociales. Frente a esta situación, el acrecentamiento del poder militar es una amenaza a la tranquilidad y a la paz.
El Estado de Derecho consagrado en el numeral dos de la Constitución Nacional, se ha debilitado. “Vivimos prácticamente al arbitrio de las autoridades y de los funcionarios, quienes tienden a convertirse en los censores de la vida, del pensamiento y de la actuación de los ciudadanos”.
La crisis moral es mayor que la crisis económica y política, porque afecta a toda la población en sus normas de comportamiento. Es tal la indefensión de los ciudadanos ante la delincuencia que se están multiplicando los casos de pobladas enardecidas que toman la justicia por sus propias manos y proceden a inmorales y deplorables ejecuciones colectivas.
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Foto: PRENSA CEV
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