CÚCUTA.- Noventa minutos de sarcasmo, ironía y humor son suficientes para repasar la vida política colombiana de los últimos 20 años. La historia, relatada con tono satírico y entretenido, retrata a personajes y situaciones con tal precisión que da para pensar que solo aquí ocurren.
Es Circombia, donde la realidad se convierte en ficción chistosa. Cuando ocurrieron los hechos, quizás, hubo ceños fruncidos por la rabia o risotadas de alegría. Hoy, vistas las imágenes y oídos los cuentos, no hay tiempo para pensar, basta con el recuerdo sonero para soltar sin freno la estruendosa carcajada.
Daniel Samper Ospina ubica al espectador en el primer gobierno de Álvaro Uribe (2002 – 2006) y a partir de entonces desarrolla la trama con palabras certeras, vídeos refundidos en la memoria y fotografías de apoyo para dar credibilidad a lo expresado.
No deja a Presidente con la banda bien terciada, ni a primera dama vestida elegante. Los políticos desfilan en sus mejores presentaciones y etiquetados como salieron de fábrica. Candidatos a cargos públicos o a puestos por elección popular, también reciben la dosis de crítica bien contada.
En la pantalla aparecen nombres graciosos, acompañados por apellidos impensables y apodos que solo se les ocurren a quienes los ponen. Se escuchan frases que por la rapidez del momento en el que se dijeron no se entendieron y que ahora toman el significado real.
Uribe (2002 – 2010), Juan Manuel Santos (2010 – 2018), Iván Duque (2018 – 2022) y Gustavo Petro Petro (2022) se pasean orondos por el tapete de Circombia y dejan ver la variedad de números que interpretaron al frente del país. Los Vicepresidentes tienen un puesto especial debajo de esta carpa y a fe que hicieron suficientes aportes para que la función durante su gestión saliera a la perfección.
De Cúcuta solo tomó cuatro referentes. El inolvidable Ramiro Suárez, por el episodio vivido en el Hospital Erasmo Meoz; el alcalde Jorge Acevedo, por la incredulidad cuando se reconoció como ganador de las elecciones (2023); William Villamizar, por la insistencia de ser Gobernador, y Juan Fernando Cristo, por el estilo afrancesado al hablar.
“Valió la pena”, se regocijó una mujer al levantarse de la butaca del Teatro Zulima para aplaudir al comediante. De ahí en adelante los comentarios fueron elogiosos por la calidad del trabajo. Hubo lleno total, lo que significa que los cucuteños respaldaron el fin económico con el que se organizó la presentación.
El Cinco a las Cinco y Pro Cúcuta, con lo recaudado, rendirán homenaje al aviador Camilo Daza, levantarán un monumento en inmediaciones del aeropuerto local y pondrán la réplica del primer avión que pilotó el pamplonés.
RAFAEL ANTONIO PABÓN