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El atractivo en el escenario lo componían la exótica manera de bailar, la sexualidad desinhibida y la vestimenta mínima - una falda hecha con plátanos.

CHARLA CON…  Joséphine Baker, la gran Nefertiti negra del jazz

Freda Josephine McDonald protagonizó una vida frenética, trasgresora, audaz, intuitiva, sexy, feminista y con una voz inconfundible. Conocida en el mundo artístico como ‘Josephine Baker’, es considerada por muchos la primera estrella del pop. Resplandeció cuando nadie sabía lo que era el pop. El apogeo puede situarse en los primeros años del siglo XX; su ámbito fue el jazz y su lugar, París, epicentro global del género en aquel tiempo. Esta entrevista se hace como homenaje a los 111 años que cumpliría, el 3 de junio.

¿Nombre?

Freda Josephine McDonald

¿Ciudad y fecha de nacimiento?

Saint Louis, 3 de junio de 1906

¿Profesión?

Bailarina y cantante de espectáculos de variedades y cabaret, y actriz cinematográfica francesa.

¿Cómo era conocida en el mundo del espectáculo?

Como Joséphine Baker.

¿A qué edad ganó su primer concurso de baile?

A los 14 años.

¿A esa edad estaba casada?

Sí, claro. Me casé cuando tenía 13 años. En 1920, me divorcié.

¿Hubo segundo matrimonio?

Por supuesto, con Willie Baker, guitarrista de blues, de quien tomé el apellido artístico.

¿Algunas fechas especiales de ese comienzo artístico?

En 1921, fue bailarina en la revista musical Shuffle Along. En 1924, en Chocolate Dandies. Actué en el Cotton Club, de Nueva York. El 2 de octubre de 1925, debuté en París con el espectáculo la Revue Nègre, que incluía una orquesta de jazz, dirigida por Claude Hopkins, con la participación de Sidney Bechet.

¿Cuál era el atractivo en el escenario?

La exótica manera de bailar, la sexualidad desinhibida y la vestimenta mínima – una falda hecha con plátanos.

¿Recuerda alguna descrpción sobre usted?

La de Sebastian Gash, autor de La historia del music-hall. “Del conjunto de ‘chorus-girls’ (…) colocadas en línea, salía disparada, como lanzada por una honda, una adolescente casi desnuda, sin más atuendo que un taparrabos sobre sus caderas (…): ¡Josefina Baker! (…) su risa cegadora de mulata ensombrecía la luz de los reflectores (…) Su aparición produjo el flechazo. París se prendó de aquella fuente viva, hirviente, de aquel cráter en erupción de ritmos sincopados. Con su agitación furiosa, sus dislocaciones temerarias, andando a gatas y provocando los paroxismos de un público en delirio (…).

¿Cuándo ingresó al cine?

En 1927, se estrenó mi primera película, La Sirène des Tropiques, a la que seguirían Zouzou y Princesse Tam Tam.

¿También fue modelo fotográfica?

Sí, por allá en la segunda mitad de los 20 y durante los 30 fui una destacada modelo fotográfica y pin-up.

¿Y de la música, qué?

A comienzos de los 30 grabé los primeros discos. Al año siguiente, conseguí el éxito con la canción J’ai deux amours.

¿Cuándo regresó a Estados Unidos?

En 1936, regresé para actuar en Ziegfeld Follies, con Bob Hope y Fanny Brice.

¿Cómo le fue en esa vuelta?

Mal. Una parte importante de la opinión atacó la promiscuidad del espectáculo, y varios hoteles y restaurantes me impidieron entrar.

¿Y qué hizo?

Abandoné la obra y regresó a París, donde adquirí la ciudadanía francesa al casarme con el magnate del azúcar Jean Lion.

La milicia no escapó a su vida…

No. Durante la segunda guerra mundial me uní a la resistencia francesa y fui subteniente auxiliar en las Fuerzas Aéreas Francesas.

¿Cómo le fue con los militares?

Bien. Les levanté la moral a las tropas aliadas, actuando para ellos. También, colaboré con la Cruz Roja. Después de la guerra recibí la Medalla de la Resistencia y la Legión de Honor.

¿Hubo cuarto matrimonio?

Pero por su puesto. Me casé con el director de orquesta Jo Bouillon. Regresé a la actividad artística y trabajé en el circuito de cabarets de París durante varios años.

¿Y estuvo en Cuba?

Sí, eso fue antes  regresar de nuevo a Estados Unidos, donde apoyé los movimientos de promoción social afro-americanos.

¿Hasta ahí duraron las andanzas?

Creo que sí. Hice una gira mundial de despedida, y me retiré del mundo del espectáculo.

¿Quiénes conforman la tribu del arco iris?

Son doce huérfanos de diversos orígenes a quien adopté.

¿Dónde vivían?

En el Castillo de Milandes, en Castelnaud-la-Chapelle (Dordoña, Francia).

¿Cómo le fue con los gastos?

Regresé varias veces al escenario por dificultades económicas. Para apoyar el movimiento norteamericano por los derechos civiles, ofrecí cuatro conciertos en el Carnegie Hall, para conseguir fondos para la causa, y participé en la marcha sobre Washington, en 1963.

¿Una amiga para destacar?

Grace Kelly, entonces Princesa de Mónaco y amiga personal.

Adaptado del artículo publicado por

http://www.opusvida.com/josephine-baker/

RAFAEL ANTONIO PABÓN

rafaelpabon58@hotmail.com

Foto: www.clarin.com

 

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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