CÚCUTA.- Vuelve y juega. La Central de Transportes, Estación Cúcuta, se pone en la mesa de discusiones de la Alcaldía. En el último consejo de seguridad municipal se asumió el compromiso de sacar la Terminal de dónde se encuentra. La razón esgrimida ahora, no es diferente a los motivos analizados en épocas pretéritas: es foco delictivo.

La Central se creó mediante el Acuerdo 024, del 5 de junio de 1961. Hasta esa fecha, los puntos de llegada y salida de vehículos hacia los municipios de Norte de Santander y el interior del país estaban regados por la ciudad. Entonces, se pensó en reunir a las empresas en un lugar y organizar el transporte de pasajeros.
Para hacer realidad la propuesta se buscó un crédito por $ 1,5 millones en una entidad bancaria local. El Alcalde, dos delegados del Concejo, un representante de la Cámara de Comercio y un administrador de la Terminal, conformaron la junta encargada de la obra.
El sitio escogido fue la estación del ferrocarril. El arquitecto Luis Raúl Lamus diseñó la edificación en tres niveles, uno para bodegas de equipajes y encomiendas; otro para oficinas de las empresas transportadoras y salas de espera, y el tercero para oficinas de la dirección general. Además, cinco muelles y dos zonas de estacionamiento para vehículos de transporte intermunicipal e interdepartamental.
El 14 de abril de 1967, se inauguró. Alcalde, Álvaro Villamizar Suárez; presidente del Concejo, Julio Cesar Pernía.
Pasaron los años entre quejas por mala presentación del lugar, desorden en las administraciones, inseguridad para los pasajeros, competencia desleal, atropello a los clientes, presencia de habitantes de calle y ambiente malsano en los alrededores, por la ubicación de bares y centros de lenocinio.

En septiembre de 2009, el municipio constituyó con empresas privadas el consorcio para dotar a la ciudad de una nueva Terminal. Aportó el lote, al norte de la ciudad, valorado en $ 2600 millones, más un crédito con el Banco Cafetero, por otros $ 2600 millones, para un total de $ 5200 millones. El 20 por ciento le correspondía al municipio, el 80 por ciento restante se lo repartirían la Corporación Universidad Gran Colombia, la firma JESRA, la Cooperativa Multiactiva Guasimales, la Terminal de Trasportes de Chiquinquirá y la firma Vargas Velásquez, entre otras empresas.
De ahí en adelante, la historia se hace difusa en medio de discusiones en las oficinas, debates en el Concejo, demandas, intervenciones de entidades jurídicas, presencia de la DIAN, remate del lote a pesar de algunas obras, nebulosa oficial, paso de alcaldes, despreocupación de la sociedad y pérdida de la inversión.
En agosto de 2016, el Concejo estudió el proyecto de acuerdo que proponía la venta de activos para la reestructuración de la Central de Transportes. Alcalde, César Rojas.
Hoy, Jorge Acevedo desempolva la necesidad de sacar a la Terminal de donde ha permanecido 57 años.