CÚCUTA.- La Corporación Acción Nortesantandereana y Fronteriza (Canyfron) consideró “apresuradas y significativamente desalentadoras” las medidas tomadas por el gobierno venezolano y que implican el cierre de la frontera, desde el 2 de diciembre.
La organización sin ánimo de lucro solicitó de manera respetuosa, precisa y directa a los gobiernos de Venezuela y de Colombia asumir una inmediata consideración de las medidas, “porque limitan y contraen la regularización de los movimientos de intercambio y desarrollo conjunto”.
A cambio, pidió la promulgación y reglamentación de incentivos, estímulos, mecanismos e innovaciones generadores de beneficio mutuo, empleos, capacitación e investigaciones, con el concurso y decidido apoyo estatal a la educación en todas sus escalas y a la formación universitaria.
La posición de Canyfrom está sustentada en las precarias, desarticuladas y no consecuentes acciones para la estabilidad y el progreso de la Zona Fronteriza Colombo-venezolana.
El gobierno venezolano, sin previo anuncio y sin definición del tiempo de aplicación, ordenó el cierre de la frontera por los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander que unen, enlazan e interrelacionan el intercambio fronterizo zonal.
En consideración de la Corporación, la determinación origina preocupación de efectos sociales, económicos y políticos, porque en los sectores fronterizos existen y priman principios de fraternidad, y demostrables anhelos de desarrollo compartido.
“Como fervientes impulsores y permanentes promotores de entendimientos para la definición de acuerdos y acciones compartidas, el cierre de la frontera –en las condiciones y características señaladas- es una señal que no da validez, ni fuerza, a los propósitos de unión que desde 1821 y por las integracionistas jornadas cumplidas en los desarrollos del Congreso Constituyente de la Gran Colombia, de manera diaria, se exteriorizan en la Villa del Rosario y como recordatorio del más connotado y ejemplarizante acto, cumplido por nuestros padres de la patria”.
El consejo directivo estimó que lo que la frontera requiere no es cerrar sus contactos, sino abrirlos y hacia una coparticipación permanente y estimulada por el buen juicio y la comprensión de los gobiernos.
“Lo que Venezuela y Colombia resuelvan hacer sobre sus fronteras repercutirá en Latinoamérica y en el favorecimiento integral de esta parte del mundo, tal como se viene deduciendo del proceso de paz, que se realiza en Colombia y de las afecciones experimentadas en estas áreas de contacto limítrofe”.