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CÚCUTA.- El café en Sardinata se ha convertido en producto cultural y ha permitido a muchas familias mantenerse desde la llegada a la región. Tiene diferentes maneras de consumo y distribución. Los caficultores buscaron cómo mostrar el consumo del producto y la elaboración.
Hoy, la región cuenta con emprendimientos de café, en los que múltiples actores, desde pequeños productores hasta asociaciones, contribuyen al desarrollo y a la promoción del producto. Uno de los emprendimientos son las microtostadoras de café artesanal.
Los esposos Emilio Vásquez y Zenaida Lizcano son desplazados del corregimiento Las Mercedes (2006), debido al conflicto armado. “Esta microempresa surgió como respuesta a la necesidad que se vivía tras la mala experiencia de dejar nuestras pertenencias en la anterior vivienda”, dijo la mujer.
Mediante un proyecto de reparación a las víctimas recibieron la tostadora y con otros dos desplazados por grupos al margen de la ley dieron vida a la empresa. Nació en 2008. Al principio, se tostaba el café a mano, con movimientos lentos en la máquina. El proceso era agotador. Emilio se ingenió un motor que trabajara con electricidad.
“El café que se utiliza para procesar es directamente de los agricultores de la región, específicamente de los corregimientos La Victoria y Las Mercedes. Traen el producto y nosotros pagamos y hacemos el proceso”, dijo Zenaida. La marca es Café Puro. El grano es seleccionado, por lo que a muchas familias sardinatenses les gusta el producto.
En el municipio, los emprendedores poseen tostadoras para la transformación del grano. La iniciativa añade valor y contribuye a consolidar el café como símbolo distintivo de la cultura local, tradición arraigada desde la fundación.
Los caficultores inmersos en nuevas prácticas
En el corregimiento La Victoria la tostadora de café hace parte de la Asociación de Cafeteros Victorieros (Asocafevic). Los caficultores de la región la recibieron del Ministerio de Agricultura y buscan la creación de una marca para la comercialización.
Jaime Mendoza, agricultor y presidente de Asocafevic, comentó que llevan a cabo actividades para obtener recursos para la mejora de la infraestructura donde estará la tostadora. “Buscamos obtener la certificación del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) para la comercialización de nuestra marca”.
También, tienen como meta lanzarse al mercado con los mejores estándares de calidad y que la venta se haga en el municipio y en otros departamentos.
En sardinata hay caficultores que tuestan y muelen el café en casa para vender en pequeñas cantidades a familiares y amigos, como nueva forma de negocio.
Carlos Aliro Contreras, caficultor que busca cómo recursos para ayudar a la familia, tiene como emprendimiento vender grano transformado. Café de mi Tierrita es la marca del producto. Es el encargado del secado, lavado, selección, tostada, molida y comercializarlo.
Otros caficultores agarran una pequeña parte de la cosecha y la venden procesada para tener mayor ganancia. Algunas mujeres elaboran helados y postres a base de café, producto apetecido por lo tradicionalmente cultural.
El café no solo se toma caliente
Isabel Sánchez creó el emprendimiento a partir del café transformado y lo vende en diferentes presentaciones. Capuchino, negro cargado, granizado y postres son los productos que ofrece hace seis años en el parque del municipio.
“Sardinata Café Express representa la rapidez con la que se entrega el producto al cliente. Se hace directo acá en el local. Tenemos la máquina que hace el proceso de molido denso, utilizado para los cafés calientes o capuchino”, dijo Isabel.
El grano se compra a los caficultores de la región, es orgánico y de calidad. Apoya a los cultivadores de la zona, mientras muchos degustan el sabor fresco. los ingredientes son adquiridos a los campesinos. El aprendizaje sobre cómo preparar los productos lo obtuvieron mediante capacitaciones del SENA.
Isabel comentó que los precios soy bajos, comparados con la ciudad. No solo se elabora el producto para el turista, sino que también es asequible para el agricultor de la región. Cada emprendedor resalta el cultivo con un valor agregado.
En 2008, surgió Inversiones Albarracín, comercializadora caracterizada por comprar café, pasilla y cacao. Adquiere el producto a los agricultores a precio estándar del mercado. Jesús Albarracín dijo que se ha mantenido por ofrecerle buen servicio al cliente. Es justo con los precios y reconoce el valor agregado del café por calidad.
La cultura es café y la clave es emprender
Muchos emprendimientos de café en la región buscan mostrar lo mejor de cada uno y logran llegar al público de diferentes maneras. Sardinata, ubicado en región de tierras fértiles y propicias para la agricultura, se distingue por la amplia variedad en la producción agrícola.
La diversidad de cultivos contribuye al sustento de la economía local y ha dado lugar al surgimiento de una amplia gama de emprendimientos destinados a comercializar los productos y llegar a un mercado más amplio.
Desde la tradicional siembra hasta la producción de frutas, verduras y otros cultivos, Sardinata ofrece un escenario fértil para el desarrollo de emprendimientos agrícolas. Estos empresarios buscan generar ingresos para la familia y contribuir con el desarrollo económico del municipio. También, están comprometidos con la calidad y la sostenibilidad de los productos.
El objetivo es llegar a más personas y ampliar el alcance en el mercado, mediante la promoción en redes sociales, la participación en ferias y eventos locales, y la creación de alianzas con otros actores del sector. Muchos exploran nuevas oportunidades para atraer público.
SOLÁNGEL ROBLES
