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ALCALDABLES. No he perdido la motivación para luchar. Tatoa

CÚCUTA.- Es lunes por la mañana. En el barrio Callejón, frente a la iglesia de San Martín, Luis Antonio Tatoa Cáceres Beltrán, como todos los días, se encuentra en la panadería El Campeón. Lugar que atrae por el delicioso aroma  a pan recién horneado  y por la amabilidad con la que son recibidos los clientes.

Creció en el barrio Cundinamarca en una familia humilde y llena de  valores. Estudió primaria en la escuela  de varones # 22 y la secundaria en el  desaparecido Instituto Nariño. A los 18 años, recibió el grado de bachiller. Para esa época era padre de tres niños.  Estudió derecho en la Universidad Libre.

Desde joven aprendió a trabajar y a ganarse la vida. Compraba productos en  Venezuela y los pasaba de contrabando al otro lado de la frontera para venderlos en Cúcuta. Es alegre, le encanta divertirse, cualidades que lo hicieron perder un semestre en la preparación profesional.

El tercer nombre, Tatoa, surgió de la novela de radio San Sebastián, protagonizada por tres indios. Uno se llamaba Tatoa y el padre de Luis Antonio optó por apodarlo así, porque era cansón en la casa. De ahí en adelante lo llamaron así. Un día decidió viajar a Bogotá y cambiar el nombre en la cédula de identidad, y el apodo pasó a ser el tercer nombre.

Mientras narraba la historia en el rostro reflejaba tristeza por el recuerdo de la muerte del padre Libardo Cáceres, la hija y el hermano. El papá era el ejemplo que tenía para seguir en todo momento. Lo impulsó a continuar en los estudios y le dio buenos consejos y apoyo. La diabetes lo llevó a acabar con su vida, hace dos años. La hija de 25 años falleció tras una liposucción con la que buscaba satisfacer la vanidad. La pérdida de uno de los hermanos aumentó las responsabilidades, que incluyen el cuidado de tres nietos y la atención del negocio familiar.

Tiene 45 años. A pesar del cúmulo de  retos asumidos desde joven, el rostro es jovial y lo caracteriza la sonrisa que agrada a quienes hablan con él. El estilo de vida es fresco y cómodo. Es de tez morena, estatura media y gran corazón.

Fue candidato a la Alcaldía. En las elecciones del 2010 se presentó como líder social y cívico, no como político. No obtuvo la votación requerida para ser inquilino del Palacio Municipal. Planea la segunda oportunidad, porque no ha perdido la motivación de continuar con la meta de luchar por el bienestar de la comunidad.

Es responsable y dedicado a lo que hace; respetuoso y ha enfocado la vida a socorrer a los demás. Los viernes, en la panadería, obsequia el pan a aquellos que lo buscan.

Una labor que efectuó cuando estuvo al frente del Sisben fue abrir 11 oficinas de apoyo y beneficio a la comunidad. Al retirarse, las dependencias desaparecieron. Ejerce la abogacía y sin esperar nada a cambio brinda servicios  a clientes de diferentes clases sociales.

Es reconocido y acogido por la comunidad por ser líder y saber escuchar las necesidades del pueblo. Cada día busca el cambio para mejorar la situación económica en la ciudad.

Es extrovertido, le gusta bromear y cada triunfo lo celebra con júbilo, lo que hace que los opositores lo vean como bolañero. Sufre por las calamidades de los que lo rodean, es devoto de Dios y todos los días le agradece por lo que tiene.

La anécdota que más recuerda, es que en el barrio que nació permanece el tanque aéreo construido por su padre con ladrillos viejos. La lluvia caía a los canales de los techos y se depositaba en el tanque. Bebían de esa agua, porque la consideraban bendita.

Está separado de la esposa y se niega a darle el divorcio, porque al haberse casado por la Iglesia adquirió un compromiso con Dios. Tiene cinco hijos, cuatro son casados, y el menor de 14 años lo acompaña. Le prometió que algún día lo llevará a ver las peleas callejeras en Estados Unidos.

Vive con entusiasmo cada segundo que trascurre como papá y como dueño del negocio. Demuestra amor por la vida y sigue las recomendaciones del padre. Siempre se recalca que hay que ser un campeón.

BRIGITTE ALFONSO HINCAPIE  

JULIANA ESPINEL CONTRERAS

Estudiantes de Comunicación Social

Universidad de Pamplona

Campus de Villa del Rosario

 Foto: Tomada de Facebook

 

 

 

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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