la profundización de las relaciones fraternales con el pueblo y con el gobierno venezolano es una necesidad histórica, afirmó la Mesa de Unidad Popular de Norte de Santander en la declaración política de respaldo a la candidatura de Rafael Mora Bonilla a la Gobernación.
La dinámica económica con relaciones de buena vecindad resulta fructífera para el departamento. Puede pensarse en el desarrollo económico productivo mediante la inversión y la ayuda social de Venezuela. “Es probable que (el presidente Hugo) Chávez nos llegue a pavimentar la malla vial de Cúcuta y las redes del departamento”.
La alternativa de vinculación del gobierno vecino aparece como solución real ante la desidia de los parlamentarios nortesantandereanos que le dan la espalda a la región, mientras que al gobierno colombiano “le importan un bledo las condiciones de pobreza que tiene la población, pues invierte poco en el departamento”.
Ante este panorama, se propone velar por el desarrollo autónomo e independiente de la región, rica en recursos mineros, agropecuarios y humanos. “Nos faltaría iniciativa en dirección a planificar e intensificar la productividad para integrar la población en este propósito fomentando así el progreso y el bienestar económico”.
La Mesa de Unidad Popular la componen representantes de sectores sociales y expresiones políticas del departamento, acompañados por personalidades democráticas. “Los debates han ido mejorando en contenido para bien de este proyecto popular”.
El candidato a la Gobernación para el próximo debate electoral (octubre 30) es presentado como “¡El hombre que une!” Y resaltaron como cualidades personales la sencillez, el origen popular y la simpatía por Jorge Eliécer Gaitán.
En la declaración política, La mesa llama la atención del pueblo nortesantandereano para que registre el surgimiento de una nueva opción política basada en el pueblo raso, cuya denominación se apoya en el proceso de unidad popular para agrupar a los colombianos dispuestos a elevarse como poder alternativo y transitorio al actual sistema dominante.
“Asistimos a una situación política tal que los partidos y los movimientos que han pretendido erigirse en los dirigentes del proceso democrático-social-revolucionario les ha resultado difícil asumir dicho rol en unas condiciones donde la represión violenta de las acciones hacia dichos objetivos de trasformación económico-social se volvieron una constante”.
Los miembros de la Mesa destacaron que al otro lado de la frontera se suscitan iniciativas nuevas, distantes de los modelos tradicionales de desarrollo económico, incluso, opuestos francamente al neoliberalismo, última tabla de salvación del régimen burgués actual.
“Tenemos la intención ferviente de sustraer de las entrañas de la sociedad a los dirigentes nuevos para la conducción de las masas del pueblo a la consumación del cambio definitivo de las relaciones hasta hoy vividas y no escatimaremos esfuerzos en ir, por todas partes, uniendo en un solo torrente las voluntades de todos los sectores que decidan plegarse, a los hombres y mujeres que quieran de verdad trabajar por una república democrática que ponga al pueblo y sus trabajadores en el poder jugando el papel crucial, a la vez, de productores y dueños de los bienes materiales de la sociedad”.
Advierten que habrá que combatir con ahínco la dispersión de los esfuerzos para unirlos en un propósito que evite la dilapidación de las energías en inagotables disputas sin fundamento, sin objetivos claros y bien perfilados, sin método y principios reales, sin líneas decisorias aprobadas y bajo una correlación que se sostiene sobre pilares anárquicos.
“No se trata solo de una proclama sino también de realizar la tarea de estructurar la organización que forje estas manifestaciones políticas aquí consignadas pues el accionar no va a estar orientado exclusivamente al desarrollo electoral. Habrá que cohesionar al pueblo, movilizarlo, formarlo con procesos de capacitación política para que se consolide en el tiempo y le permita crear las condiciones necesarias para el salto definitivo que posesione en la dirección de la sociedad y los procesos económicos al pueblo y los trabajadores”.
Las críticas arrecieron contra los políticos adeptos al acuerdo de unidad nacional y el Gobierno que se afanan por encontrar “medidas legales para paliar los estragos genocidas de las hordas paramilitares y reducir, minimizar, desfigurar, hacer imperceptible e inapreciable los efectos de las penas y las secuelas sociales”.
“Está a flote la corrupción y campea con inaudita e inusitada perversidad en la salud pública cuando en ésta se han estructurado y vienen funcionando empresas para asumirla en calidad de negocio rentable… Es muy claro que la Ley 100 ha cobrado más muertos que el conflicto interno armado… Nos queda a todos los comprometidos con la patria, recobrar la dignidad perdida para que los dineros hurtados sean devueltos a la nación, castigados ejemplarmente los delincuentes y derogada la nefasta Ley 100 para bien de los ciudadanos”.
Acerca del conflicto armado la Mesa de Unidad señaló que es el momento histórico para ponerle fin, porque las masas populares y los trabajadores no han encontrado mediante los procedimientos tradicionales los métodos que proyecten el desarrollo de nuevas relaciones económico-sociales. “Es hora de diálogo”.