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CÚCUTA.- “Que ser valiente no salga tan caro. Que ser cobarde no valga la pena”. Es la inscripción que lleva en el brazo izquierdo Rocío Morelli, la matadora de toros que estará este domingo en Chinácota. El cartel para celebrar los 40 años de la plaza de San Nicolás lo completan Ramsés y José Luis Robayo. La organización está a cargo de Coltauro.
Nacida en Colombia, desde chica residenciada en México, donde hizo todo el aprendizaje de este arte, y soltera. Tiene 25 años, admira a César Rincón, tiene como meta torear en Las Ventas y salir por la puerta grande.
¿Por qué le dio por ser matadora de toros?
- Empecé desde niña. Mi mamá era torea y mi abuelo también. Nací con ese gusto.
¿Había vuelto a Colombia?
- Sí, me considero ciento por ciento colombiana, y me llena de ilusión volver a mi país, torear aquí y disfrutar estas corridas tan importantes, tan serias y tan bien hechas. El año pasado estuve en Manizales, fecha importante para mí.
¿Cómo la han tratado los toros?
- Me han pegado fuerte, pero gracias a Dios y por suerte no he tenido cornadas.
¿Cuál es su fuerte en el ruedo?
- La muleta y la espada. Últimamente, he tenido buena rachita. Tengo un gran maestro que me ha ayudado en eso, es el torero colombiano César Camacho.
¿Cuántas orejas hasta ahora en su carrera?
- Desde cuando tomé la alternativa como profesional, hace dos años, he tenido siempre triunfos en todas las tardes.
¿En qué países ha triunfado?
- En España, Perú, Colombia y México.
¿Ha estado en Las Ventas, de Madrid?
- No. Es un proyecto que tengo con ilusión. Estuve en la Plaza México, que también es importante, es la más grande del mundo, pero quiero confirmar en Las Ventas.
¿Cuál de las figuras que se hacen en el ruedo le encanta y le sale mejor?
- Me gusta la variedad con el capote. Me gusta la verónica, la esencial y la más complicada. Me gusta torear al natural, por la izquierda.
¿Qué tanto miedo se siente en el ruedo?
- Sí, siempre. Se siente mucho compromiso, sobre todo por el triunfo, por hacer el trabajo bien. Sí, todos tenemos miedo, somos humanos. Pero ahí es donde viene la virtud del torero para superar esos momentos.
¿El toreo es un arte?
- Totalmente. Somos artistas los toreros, porque trasmitimos y creamos algo.
¿Qué siente al ver al toro a punto de morir?
- Los toreros respetamos al toro. Tratamos de darle una muerte digna, y lo tratamos con todo el respeto que merece el animal.
¿Cómo lidia con los antitaurinos?
- Los respeto. He respetado los gustos de cada persona, y la base de todo es el respeto.
¿Qué les hubiera dicho a los políticos colombinos que quisieron acabar con la fiesta brava?
- Primero, que esta es una profesión en la que trabajan muchos, que tiene una gran fuente de empleo, que es un arte, que al toro se le da una vida buena.
¿Cómo la afectan las críticas?
- Las profesionales siempre vienen bien. Los animalistas me atacan fuerte por redes sociales, pero no presto atención, porque hay que ver lo positivo.
¿De los toreros colombianos a quiénes conoce?
- Siento admiración por Pepe Cáceres, lo vi por vídeos; César Rincón, César Camacho y Jairo Castro. Colombia tiene buenos toreros.
¿Y del mundo?
- Me gustaba José María Manzanares (padre), ha sido de los que más me han marcado viéndolo en vídeos; me gustan Talabante y Morante. Me gusta el toreo clásico.
¿Le gusta el toreo de ferias grandes o de pueblitos?
- Ahora mismo pienso triunfar en todas las plazas. Para mí es tan importante Manizales como Chinácota. Tienen la misma importancia y salgo a darlo todo.
¿El vestido fastidia?
Sí, es pesado. Y con el calor más fastidia.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
