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CÚCUTA.- Si existe alguien que ame al Cúcuta Deportivo de manera fiel y apasionada, es Eduardo Higuera. Nació en la perla del norte, el 19 de noviembre de 1964. Estudió primaria en la escuela Juana Rangel # 20 y bachillerato en el Colegio Departamental Integrado Juan Atalaya. Las canas empiezan a aparecer como evidencia de los años que lleva a cuestas.
La infancia la vivió como cualquier otro niño. Entre risas y juegos creció en la primera etapa de la ciudadela Juan Atalaya. Ahora, es padre de cuatro hijos y enviudó el 5 de diciembre del 2015. La esposa perdió la batalla contra el cáncer. La voz suena entrecortada al narrar las vivencias.
Hace 22 años, tomó la decisión de seguir al equipo local de fútbol, pero con un vestuario particular. La idea apareció después de observar un partido de la Selección Colombia, en Barraquilla. Un hombre vestido de cóndor y con el tricolor nacional como símbolo. Tomó la iniciativa de ser ‘El Cole’ con los colores de la bandera de Norte de Santander. Combina el rojo y el negro en el traje, que adorna con plumas y telas que confecciona. Cada año cambia el modelo del vestuario y tiene dos en el armario.
Higuera sufre y goza con cada partido del club cucuteño. “El Cúcuta es mi equipo del alma, me ha dado tantas tristezas y alegrías”, dijo mientras agacha la mirada y sonríe. La Dimayor lo apoyó para que ingresara al estadio General Santander, hasta el 2015. Por diferencias con José Augusto Cadena (presidente) no volvió al estadio General Santander. Anhela retornar y alentar a una de las mejores hinchadas de Colombia, la motilona.
El 11 de abril del 2007, percibió una gran felicidad. Mientras animaba al once motilón contra Gremio de Porto Alegre (Brasil), nacía el cuarto hijo en el hospital de la ciudad. Recordó esa época dorada en la que el equipo jugó en la Copa Libertadores, evocó el partido contra el Boca Junior (Argentina) y aseguró que jamás se imaginó que le ganara (3-0) a uno de los clubes destacados de Sudamérica.
Eduardo es reservado y prudente con lo que dice. No tiene ningún tipo de rivalidad con los otros hinchas fieles. “Todos somos compañeros y tenemos el mismo fin”. No importa si están vestidos de ‘pulpos’, ‘coles’ o ‘indios’, el sentimiento es igual para todos.
A pesar de las adversidades habrá ‘Cole’ para rato mantendrá el acompañamiento al equipo de sus amores. “Quiero seguir siendo ‘El Cole’, hasta el último día de mi vida”. Espera que alguno de sus descendientes varones, lo remplacen cuando parta de este mundo. En el barrio lo conocen y saben que dejará buen legado.
Ama a los hijos por encima de todo y por eso se desempeña como jefe de construcción en el elevado de Juan Atalaya. Sueña con brindarles buen futuro y encularles el deporte. “A Daniel, el menor, le gusta el fútbol y es arquero en la escuela donde práctica”.
Está dedicado al empleo y al hogar, en casa desempeña el rol de mamá y papá a la vez. Aunque no va al estadio, trabaja para la Gobernación en actos deportivos y luce la vestimenta. Recibe el salario mínimo como pago por las labores y en los ratos libres comparte con los padres. ‘El Cole’ se despide, agradece por permitirle contar la historia y continúa la jornada laboral.
PAOLA OICATÁ
Estudiante de Comunicación Social
Universidad de Pamplona
Campus de Villa del Rosario
Foto: Especial para www.contraluzcucuta.co
