1.- La necesidad y la urgencia de constituir y poner marcha el Comité de Emergencia que asocie y unifique a los sectores – tanto públicos como privados – es una actitud y conducta que se hace indispensable, ante la magnitud de los hechos que viven Cúcuta, la zona regional y la frontera, que involucra a Norte de Santander, como lo alusivo o referente a la frontera binacional que se conforma con el estado Táchira (Venezuela).
Lo anotamos, porque hay vacíos enormes, hechos y actitudes protuberantes que ameritan la mayor atención, ante las características y la magnitud del desempleo, la inseguridad, la no presencia de proyectos en marcha, la situación vial y las comunicaciones, más la ausencia de planes, programas y proyectos que generen empleos y dinamicen la vivencia de una gestión activa y comunitaria, que penetre en todos los campos y actividades para dar aliento y nuevas esperanzas a familias que anhelan un mayor y mejor vivir.
2.- Sí, este Comité de Emergencia debiera ser convocado por el gobierno departamental y la Asamblea de Norte de Santander para que se le sumen organismos, asociaciones, gremios y núcleos actuantes y así se involucre a el conjunto, que experimenta una manifiesta crisis socio económica y política, inocultable y con cierre de fronteras con Venezuela, por cerca de 4 años y graves indicadores de desempleo, inseguridad y carencia de estímulos, regulaciones y gestiones promotoras de unión y labores asociadas.
3.- La sugerencia de crear y convocar el Comité es para proceder lo más pronto posible hacia la trasformación y el cambio, porque los intentos anteriores no han podido avanzar y lograr acciones trascendentes, porque no hay cooperaciones ni prospectos de auténtica presencia y seguimiento, cuando se formulan los pedidos o se advierten las necesidades y las soluciones.
El momento no es para más esperas y suspensos, porque los hechos golpean y obligan a meditar y a profundizar en tareas y empeños que modifiquen esta apatía, indiferencia y pasividad, que se capta, deduce y se expresa con silencios, distanciamientos y un exagerado y facilista individualismo, en medio del sorprendente dejar pasar inoficioso y perjudicial.
Tienen la palabra los que tienen el poder y la representatividad ante la magnitud y las características de una espera angustiosa, desalentadora y preocupante.
JOSÉ NEIRA REY