1.- ¿Habrán pensado y valorado quienes intentan pulsar la realidad fronteriza colombo-venezolana lo que significan y representan la desocupación, los índices de desempleo y el cierre de almacenes y empresas, ante la crisis que se experimenta y la ausencia de incentivos, estímulos y mecanismos para sortear el impacto de lo que acontece?
¿Habrán captado el inmenso impacto que representan la situación monetaria de Venezuela y las difíciles circunstancias que gravitan sobre la faja territorial que define y concentra a la frontera con Colombia, ante las variables y pérdidas del bolívar? ¿Habrán captado la urgente necesidad de buscar fórmulas y soluciones en procura de crear empleos y formalizar asociaciones y empeños para contrarrestar el vacío existente y la necesidad de subsistir y competir ante el mercado nacional y las ofertas internacionales? ¿Habrán comprendido que con cruzar los brazos y observar el triste y lamentable panorama solo se produce un mayor desaliento y que lo indispensable y urgente es una labor de conjunto, para propiciar la asociación que dé aliento a la unión y al trabajo compartido y en equipo? ¿Habrán pulsado que la tarea y el reto hacia el futuro obliga a los gobiernos centrales y a todo el conjunto social, económico y político a un cambio de conducta y a una noción de integración comprometida, integracionista y positiva con el fin de forjar y establecer vínculos, planes y programas que conjuguen esfuerzos y permitan un accionar y vivir con más visión realista y futurista que la tradicional y negativa espera, que ha conducido a esta suma de indiferencias, olvidos y separaciones que hoy dominan el panorama en las zonas y áreas que determinan los límites que carecen de servicios básicos: agua, gas, vías, empalmes férreos, aeropuertos, bancos de fomento, escuelas y centros de capacitación, universidades con proyectos de investigación e innovación, que impulsen y presionen el cambio y la trasformación que se reclama y surge diariamente?
2.- Seguir sin hacer nada – o simplemente a medias – o esperando que los demás hagan, mientras los índices, promedios y resultados de valoraciones y estudios demuestran hasta la saciedad, que empeora la situación y agrava los indicadores y los detalles que permitan hacer el giro necesario y proceder hacia una conducta nueva y constructiva, solo da paso a agigantar el error y provocar más conflictos y dolores de cabeza.
3.- Lo que es exigente – y para proceder lo más inmediatamente posible – con ganas, fervor e indeclinable gestión y ansias de acertar es el dar pasos positivos y demostraciones ciertas y comprobables en la conformación y existencia de una nueva conducta local, regional y fronteriza con respaldo nacional y visión integracionista bilateral para que el proceso hacia la modernidad y el desarrollo de labores con alto alcance productivo enmarquen una noción progresista, que genere actitudes y estudios, que permitan perspectivas de amplio alcance. Estos pasos hay que conjugarlos y hacerlos fuertes y de vivencia permanente y futurista, llamando y comprometiendo a los más representativos exponentes – hombres y mujeres – para que mediante las universidades con asiento y sede en lo nuestro – o que ofrezcan respaldo – se conformen centros y núcleos de proyección en diferentes campos y actividades con voceros y representantes profesionales de los gremios y del sector privado, para que con los agentes gubernamentales y políticos asuman el deber de hallar nuevos horizontes y de orientar los pasos y las acciones hacia la trasformación. Sin olvidar la reestructuración, ilustración y reorientación de las masas, porque el pueblo debe mantenerse siempre bien informado, para que cuando se pronuncie lo haga con plena responsabilidad de lo que acontece y debe hacerse, encaminarse, apoyarse o denunciarse. Ahí radica el cambio.
JOSE NEIRA REY