La noticia de la muerte de Alexis Franco entristece a la gente que en el Oriente Colombiano gusta de la creatividad y entrega en busca de cumplir sueños. Alexis, campesino nacido en San Calixto, se aferró a la voluntad de ser hombre de paz y llevar, con su música, mensajes de reconciliación, además de viajar por el mundo. Esculcó hasta el último centímetro su tierra ocañera para mostrarnos su idiosincrasia y su esencia. Fue de feria en feria, de comunidad en comunidad, visualizándola y entregando el sacrificio en el trabajo para que muchos tuvieran voz en los medios.
Era el compositor de la paz y la fe. En sus canciones se dibujaba la esencia de su tierra, pero de igual manera la necesidad de reconciliarnos, de estar juntos, de emprender caminos de entendimiento y superación. ¿Cuánta falta hará Alexis en estos momentos que Colombia necesita gente como él? Un colombiano de sentimiento y arraigo. El frente de su casa, en Ocaña, estaba decorado con los colores de nuestra bandera, su acordeón, su chaleco de trabajo, sus insignias y su lenguaje eran de amor por la patria. A decir verdad, nadie dio tanto en sentimientos por su tierra y recibió tan poco.
¿Quién visualizará ahora esas comunidades en el canal regional o local gracias a Francovisión, que reveló las necesidades de gente como la de Hacarí, municipio a donde los medios de comunicación están autocensurados? ¿Quién mostrará a San Calixto, las veredas y asentamientos como San Paulo y muchos más? ¿Quién ahora lo hará? Ese es un pedazo del trabajo que hacia Francovisión, no sólo divulgar, sino promover el talento de los jóvenes que se adentraron en el mundo de televisión. Presentadoras, camarógrafos y periodistas, es a ellos a quienes más les debe doler y dañar esta insólita partida de Alexis.
Y la muerte lo sorprendió en su oficio, regresando de El Tarra, en un absurdo accidente. Seguro venía de hacer una nota, de acompañar una comunidad en un evento o de hacer una presentación con su grupo. Ojalá, en Norte de Santander se exalte su vida y que su tierra ocañera distinga su existencia porque luchó solo, siempre acompañado de amigos que creían en sus andanzas, más como un acto de solidaridad que de creencia y fe absoluta. Alexis en su corta existencia nos deja una lección de vida, nos enseñó que se debe persistir, buscar para hacer realidad los sueños, no desmayar. Pero el legado importante que deja, es que por duras que sean las situaciones no debemos abandonar nuestro sueño ni alejarnos de Dios, de Jesús, al que cantó y al que le dijo: “mi compañerode viaje”. Ese fue su legado: fe y compromiso. Paz en la tumba de Alexis Franco.
JUAN RICARDO GÉLVEZ
Foto: Especial para www.contraluzcucuta.co