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Tenía ganas de jugar en Cúcuta, porque es una buena plaza, porque tiene una afición que llena el estadio y tiene colores muy bonitos (rojo y negro). Lastimosamente, no se dio la oportunidad. / Foto: La Chachara

MANO A MANO CON GIOVANNI. En el fútbol hay entrenadores cibernéticos, motivadores, dictadores, alentadores

CÚCUTA.- Este vallecaucano de 41 años, de pegada magistral al balón, tuvo muchas dificultades, creció y se convirtió en uno de los mejores 10 del fútbol colombiano. Once Caldas, Medellín y Junior, en Colombia, y Colón de Santa Fe (Argentina) y Colo Colo (Chile) contaron entre sus nóminas al ‘príncipe cafetero’.

¿Qué recuerda de su etapa como futbolista?

  • Desde mi niñez la alegría de jugar al fútbol sin querer ser profesional. La alegría de jugar con mis amigos en la cancha del barrio, en los potreros. Cuando crecí se dio la posibilidad de jugar en el Club Atlético Flamengo, del barrio Belalcázar, en Cali. Posteriormente, en la escuela de Boca Juniors donde hice un proceso de 7 años. En el último año empecé a querer llegar al futbol profesional.

¿Cómo y por qué llegó al Once Caldas, equipo que después le daría la oportunidad de debutar en el futbol profesional?

  • Llegamos al Once Caldas, porque en ese momento Cali y América tenían jugadores de mucho talento, muy caros y era difícil que nos dieran la oportunidad de jugar. Así que llego al Once con 17 años. Era tímido, con muchos nervios y escondía el talento. Me llenó de más temor que me apodaran como “el jugador o el niño del millón de dólares”. Eso para mí fue duro. Recuerdo que el Banano Murillo decía que cómo iba a valer un millón de dólares con esas piernas, con la ropa que llevaba para entrenar. Ese año terminé como capitán del equipo y convertí 11 goles. Fue una sorpresa para mí. Siempre le agradeceré al Once Caldas y a la prensa por la oportunidad de debutar.

¿Quién fue el técnico que le dio la oportunidad de debutar?

  • Tuve dos técnicos en ese Once Caldas. Carlos El Piscis Restrepo y el asistente Orlando Restrepo. El profe Restrepo molestaba al Piscis diciéndole en los entretiempos: ‘Mete al pelado, mételo, no te de miedo. Mete al pelado que él te da’. En un partido en Bogotá, contra millonarios, jugué 20 minutos. Fue algo muy bonito para mí, a pesar de que perdimos. Lo que dejé en esa primera impresión para mis compañeros en el terreno de juego fue importante.

¿Siempre se desempeñó como volante creativo o tenía otra posición?

  • Desde niño empecé como arquero. Como líbero y a pesar de mi contextura delgada lo hacía bien. Una vez jugué de volante 10 o de creación y gracias al Señor ahí empezó todo de la mejor manera para que la gente siguiera a ese niño.

¿Cuándo fue su primer llamado a Selección Colombia?

  • Fue a una Sub 20. Jugamos el sudamericano en Bolivia. A pesar de haber quedado eliminado en la primera ronda, América y Deportivo Cali empezaron a pelear por mí. Hice un partido increíble y fui figura contra Chile. Ganamos 3-2. Tenía 17 años.

¿En qué ha cambiado el futbol?

  • El futbol ha cambiado mucho, porque lo han convertido en un negocio. Los entrenadores no tienen el respaldo en la dirigencia en muchas ocasiones. Ha cambiado, porque falta profesionalismo en los jugadores. Los egos están arriba sin muchas veces ganar nada en cuanto a sueldo o títulos. Y porque muchos con talento no tienen la oportunidad.

¿Qué recuerda de esa Selección Colombia que gano la Copa América en el 2001?

  • Fue un proyecto serio, que era en nuestro país esa Copa América. Todas las ciudades se unieron cuando jugaba la selección. Nos dieron un mes de concentración. Teníamos equipo para ganarle al que fuera, creo que la habríamos ganado sin problema. Era una selección que jugaba bien al futbol, era rápida, con una estrategia importante.

¿Cuántos goles marcó el Príncipe con la Selección?

  • No recuerdo muy bien, solo sé que fueron pocos. En la Copa América le marqué a Perú. En la Confederaciones a Japón, Turquía y Nueva Zelanda. Pero fui de muy pocos goles.

¿Cómo llegó a Colón de Santa Fe en Argentina?

  • El Cali me dio la oportunidad de venderme a Colón. Llego como el 10 para remplazar a jugadores importantes. Era la primera vez en la historia que compraba un extranjero. Tuve inconvenientes al comienzo, pero después pasaron los partidos y demostré que había talento. La gente empezó a corear mi nombre. Me apodaban ‘El Colombiano’ o ‘El Cafetero’. Fue la felicidad más grande, porque jugué en Argentina. También fue frustración, porque en el mismo club la gerencia me frustró los pasos de seguir en ese país.

¿Le generó  mucha presión saber que era el primer extranjero?

  • Fue una presión enorme. Por eso los primeros meses fueron complicados. Gracias a Dios he sido fuerte, me llené de valor, trabajé bien y me  gané todo a punta de pulso con mi fútbol. Allá aprendí a valorarme. Me tildaron de crack cuando en mi país no lo era.

¿Cómo fue la hinchada de Colón con usted?

  • Fue increíble. La afición sabalera fue muy buena conmigo. Fue una satisfacción escuchar el canto de “Colombiano, colombiano”, el “Gio, Gio”. Soy agradecido con esa afición que siempre quiso lo mejor para mí.

¿Cómo llegó usted a Colo Colo de Chile?

  • Porque no quiero jugar más en Colón, gracias a una rabieta de los dirigentes. Cuando los equipos pedían un precio, ellos pedían más de lo que era. Así se dañó todo. Colo Colo se interesó y el equipo argentino me vendió por debajo del precio con el que me habían comprado. El ‘Bichi’ Borghi le preguntó al plantel que jugador querían y dijeron que a Giovanni Hernández. Era una responsabilidad enorme, porque es el equipo más grande de Chile. A donde jugábamos siempre iba gente y nos hacía sentir de local, aunque fuéramos visitantes. Gracias a Dios gané dos títulos.

¿De sus compañeros en el equipo chileno con quien compartía más?

  • Siempre decían dónde está Giovanni Hernández. Dejé asombro en el periodismo, porque un jugador chileno era difícil que diera una entrevista y yo las daba sin problema. Y la frase era “Qué jugador tan humilde. Qué persona tan humilde”.

¿Por qué y cómo llegó al Junior de Barranquilla?

  • Se cerró el capítulo en Chile, porque salió una ley que ningún jugador podía tener 4 años con un club. Les pedí de manera respetuosa que si podían subirme el sueldo. Dijeron que no. Así que entraron Junior, Cruz Azul y Necaxa a pelear por mí. Muchos de esos equipos me querían en opción de préstamo, mientras que el Junior me quería con opción de compra. Así que decidí quedarme con el equipo barranquillero.

¿Cómo fue su paso por el equipo tiburón?

  • Fue un paso de 5 años agradables, se lograron muchos triunfos y una satisfacción enorme como persona y como jugador.

¿Quién le dijo en el Junior “Gio, póngase la 10 y sea el capitán”?

  • El Sachi Escobar habló conmigo y me dio la oportunidad. Siento pena y vergüenza, porque no nos fue bien. No le dimos lo que quería.  En ese momento estábamos en la lucha por no descender. Después llegó el profe (Julio) Comesaña que nos dio la confianza de salir de ese descenso.

¿Apenas llegó al Junior se puso la 10?

  • Sí, claro. En ese momento ayudó que el alcalde Alejandro Char estaba en campaña. Les dijo a los medios de comunicación que tenía una noticia muy grande para darles. “El mejor regalo que le puedo dar a la gente es el nuevo jugador, Giovanni Hernández”. La gente se volvió loca en ese momento. Tenía temor, porque cuando iba al Metropolitano con la Selección no me iba bien, pero pasé de ese un jugador chiflado a hacer un ángel, un jugador que dejó huella en los hinchas.

¿El mejor gol que hizo?

  • Lo hice con el Deportivo Cali, tenía 24 años, y se lo hice a Eduardo Niño, jugando frente a Millonarios.

¿Por qué se retiró del fútbol profesional?

  • Porque el fútbol se convirtió en negocio. Hubo técnicos en Medellín y en Autónoma que me irrespetaron. No era por ser titular, sino que no me apoyaban en ese aspecto. Hay equipos que quieren que vuelva, pero tomé una decisión y la respeto. Perfectamente, en 35 días me puedo preparar, porque el cuerpo tiene una memoria increíble. Disfruto mi etapa como técnico y lo que hice como jugador

¿Recuerda cómo fue su gol 100?

  • Claro fue con el Junior, se lo hice al Quindío. Fue una jugada rápida, quiero parar el balón tras el pase de Sherman Cárdenas, pero fallo en el control y lo único que me queda es hacer una chilena o tijera. Me salió un bonito gol.

¿En algún momento tuvo acercamiento para venir a jugar al Cúcuta Deportivo?

  • Sí. Tenía las ganas de jugar. Porque es una buena plaza, porque tiene una afición que llena el estadio y tiene colores muy bonitos, igual que los de Colón de Santa Fe. Lastimosamente, no se dio la oportunidad en Cúcuta. También me hubiera gustado jugar en Huila. Eran equipos serios y ordenados.

¿Cómo disfruta las concentraciones como técnico o como jugador?

  • Cuando era jugador, era de los que decía que por qué el profe me decía esto o me decía tal cosa. ¿Por qué me habla así? ¿Por qué hace esto? Cuando estás del otro lado, entiendes. Hay entrenadores cibernéticos, motivadores, dictadores, alentadores, etcétera. Soy de los motivadores. He dirigido jugadores de todo tipo, gracias a que soy muy observador.

¿Quién le puso el apodo El Príncipe?

  • El doctor Mauricio, porque tenía un parecido físicamente a Enzo Francescoli, el príncipe del fútbol en el mundo. Fue por eso.

JORDY CRUZ – JOSE OSPINO

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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