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En mis momentos difíciles tuve una aliada muy grande que fue la conciencia,un ejercito que era mi familia y un comandante en Jefe que es Cristo. / Foto: Especial para www.contraluzcucuta.co

MANO A MANO CON ESTEBAN JARAMILLO. Un ciego me dijo  una vez: usted me hace ver el fútbol

CÚCUTA.- Para Esteban Jaramillo el periodismo es una profesión muy rica a pesar de todo lo bueno o lo malo que traiga. Al principio no quería que su hijo Luis Felipe fuera periodista. No le gusta la arracacha, ve con mal gusto que el país viva de dicotomías. Entre libros, entrevistas, programas de radio y televisión, este administrador de empresas le pide a la nueva generación que tenga memoria histórica y a los periodistas antiguos, que no resistan a los nuevos. Antes bien, aprendan al igual que la nueva generación de comunicadores sociales.

Momentos como el reconocimiento de un ciego, el encuentro con un jefe paramilitar y muchos premios en el periodismo hacen de Esteban Jaramillo un hombre agradecido con Dios por el camino que ha tomado.

¿Cómo empieza su historia en el periodismo?

  • Nunca pensé que iba a ser periodista, pensé que iba a ser cafetero. Soy experto en café, manejo bien el tema desde que compro la semilla hasta que la exporto. Pensé que iba a ser maderero, porque sé procesar la madera, o administrador de empresas que es lo que estudié. Pero las circunstancias de la vida me llevaron a practicar periodismo. Lo he disfrutado, lo hago y soy feliz.

¿En qué momento se decidió por el periodismo deportivo?

  • Fui descartando las posibilidades que la vida me daba. Tengo hermanos curas, pero nunca me planteé ser sacerdote; llegué a pensar en ser camionero, tener un camión y viajar por el país. Terminé siendo periodista, porque jugaba fútbol. Una vez me invitaron a jugar en compañía de mi hermano, a reforzar un equipo famoso de periodistas que no ganaba nunca, ese día ganó. Me quedé con ellos y me abrieron la puerta para ser periodista.  Me llevaron a hacer periodismo en el periódico La Patria. Al principio, era renuente a hacerlo; después, me convencí. Paralelo, hice mis estudios profesionales y cuando me gradúe entendí que el futuro lo podía encontrar dentro del  periodismo y eso me significó ser feliz, educar a mis hijos y adquirir estabilidad, presente y futuro.

¿Qué recuerda de la primera vez que estuvo frente a un micrófono?

  • No estaba preparado. Empecé en un evento de motociclismo y automovilismo. Estaba Jorge Eliécer Campuzano como locutor, yo hacía mis primeras entrevistas, mis pinitos en los vestuarios. Trabaja en Todelar Manizales. Dijo que cuando agarré el micrófono lo sorprendí. Yo tenía un problema grande, era tímido y esa timidez atentaba contra los proyectos que tenía de ser audaz, osado. Gracias a Dios cambié. No recuerdo haber tenido nervios, pero recuerdo que fue una gran experiencia y le agradezco a Jorge Eliécer Campuzano por lo que hizo.

Entre Radio, Prensa y Televisión ¿Cual prefiere y porque?

  • Las palabras se las lleva el viento, si hablamos de radio. La imagen se destruye; pero lo escrito, escrito está. Todavía encuentro escritos que hice y que forman parte de la biblioteca de cada persona.

¿En que ha cambiado el periodismo?

  • El periodismo no cambia y el fútbol tampoco. El periodismo es el mismo que conocí hace 40 años, ese mismo que nos enseñaron los abuelos, que era informar con veracidad, al igual que todas las vertientes. Lo único que cambió fue la manera de ejercer el periodismo.

¿Quiénes han sido sus maestros en el periodismo?

  • Javier Giraldo Neira, José Fernando Corredor, hombre que me marcó la vida, me enseñó demasiado; y el último es Juan Gossain, con quien he aprendido mucho y todavía lo hago gracias a que mantenemos una fluida comunicación.

¿Qué opina de las nuevas generaciones?

  • No sé porque hay tanta resistencia del viejo a aceptar al nuevo en el periodismo. Esas dicotomías no me gustan. En el país vivimos de  eternas dicotomías todos los días. Hay que analizar las cosas, el joven tiene el poder de innovar, tienen neuronas nuevas que están en constante ebullición y que buscan alternativas nuevas de trabajo. El periodista antiguo aporta la experticia. Me gusta trabajar con gente joven, porque me retroalimenta.

¿A qué se debe la  resistencia entre el periodista antiguo y el nuevo?

  • Hay periodistas viejos que están anquilosados y que perdieron el fervor de la profesión. Veo muchos viejos que trabajan con la misma voluntad que yo lo hacía 20 o 30 años atrás. Hay una tendencia del periodista joven al facilismo, no lee, no investiga, no fabrica memoria, no recuerda hechos trascendentes que marcaron historia en las actividades deportivas en Colombia. El periodismo nuevo no se documenta y vive apegado al internet. Esa es una herramienta útil para el periodista, pero también es el festival de la mentira y las noticias falsas.

¿Qué opina del periodista joven que se inspira en el trabajo de colegas antiguos o de mayor trayectoria?

  • Es totalmente valido. ¿Quién le quita el derecho a que un periodista de inspirarse en un colega? Es un camino ideal, porque es un espejo al que voy a mirar, al que voy a seguir. Ese espejo me conducirá a hacer lo que esos periodistas hacen. Por ejemplo, siempre busqué las maneras de entrevistar de Jorge Enrique Pulido o la manera de abordar los temas con madurez y respeto hacia la gente como lo hace Juan Gossaín.

¿Qué opinión tiene sobre las redes sociales?

  • Eso es como la arracacha, no me gusta, pero veo a mis hermanos comiéndola con satisfacción; a mi hermano no le gusta la yuca, a mí me encanta. Así pasa con las redes. Las redes sociales depende de cómo usted las utilice, cómo las asimile y lo que busque.

¿Qué consejo les da a las nuevas generaciones?

  • Siempre voy a recomendar, además de prácticas o maneras de hacer periodismo, que se transmita con mística, con pasión, amor y dedicación.

¿Usted tuvo un encuentro con un comandante de las AUC en una conferencia?

  • Una vez fui a ofrecer una conferencia en Barrancabermeja, llevaban 4 años invitándome, siempre me comprometía y después, por cualquier razón peregrina, me abstenía de ir por miedo, porque era inseguro. Cuando terminó la charla, vino un hombre empecinado en tomarse una foto. Vi que durante mi intervención me miraba detenidamente, y entré en nervios. Me tome la foto con los asistentes a la charla, una grupal, pero con él no. Cuando me abordó, me aseguró que era comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia y que su propósito era conocerme. La sorpresa fue que me dijo: “Usted es la fuente de mi inspiración, soy periodista deportivo frustrado”. A los dos meses de ese suceso salió en el periódico El Tiempo: “Aprehendido uno de los comandantes más sanguinarios de las autodefensas en el Magdalena Medio. Alias Esteban cayó en un operativo”.

¿Cómo se enteró de que su hijo quería inclinarse por el periodismo deportivo?

  • Me lo pidió por medio de una audiencia, algo extraño, porque mis hijos no me tenían que pedir audiencia. Una noche me dijo: ‘Papá, quiero ser periodista deportivo’. Le dije: ‘No quiero que seas periodista’. Después, entró a la Javeriana a estudiar ingeniería industrial. Me trajo las notas espectaculares, me hizo sentir orgulloso como padre. Me dijo: ‘A mí no me gusta eso’. Entre en el dilema de si estaba equivocado o no. En un viaje año y medio, mientras recorría el mundo con la Selección, fui a dar a Estados Unidos. Ahí se me ocurrió inscribirlo para que estudiara producción, cine y televisión. Cuando llegó hizo periodismo. Trabaja en la fase operativa de los eventos de Caracol.

¿Se siente orgulloso por tomar esa decisión?

  • Siento más orgullo por la Mamá, porque los educó.

¿El mejor momento que le haya tocado cubrir en la profesión?

  • Mi Dios me ha bendecido con ganarme varios premios nacionales de periodismo; sin embargo, no es mi máximo orgullo. Mi máximo orgullo fue un día que me encontré con Apolinar Salcedo, un ciego que en el pasado fue Alcalde de Cali. Me identificó con la mano, no sé qué capacidad sensorial tenía pero me dijo: ‘¿le puedo hacer un elogio? Usted me hace ver el fútbol’. Me sentí halagado, porque esos elogios lo marcan a uno y ahí es cuando uno dice que no pasó en vano en este mundo.

¿El momento más triste que le haya tocado cubrir en el deporte?

  • Cuando murió Andrés Escobar. Lo curioso es que un año después gané el premio Simón Bolívar de periodismo con un trabajo que hice sobre la muerte de Andrés.

¿Qué le agradece a la Vida?

  • Le agradezco vivir.

¿Cómo podemos describir a Esteban Jaramillo?

  • Antes me costaba aceptar que era engreído, soberbio, que había tocado fondo, me costó mucho porque la arrogancia no me lo permitía. Hice un ejercicio con los periodistas de Cúcuta y les mostraba lo que para mí eran las debilidades del periodista. Mi sorpresa fue que encajaba en todas. Hoy soy distinto, trato de ser buen ser humano, de crear amigos, dejar buenos recuerdos, de no hacer el mal y disfrutar de lo que mi Dios me dio como profesión que es mi vida.

¿El periodista se nace o se hace?

  • No nací siendo periodista, algo había en mí que me condujo a ser periodista. Mi papá era el perifoneador del barrio, era el que cogía el micrófono e invitaba a la misa, ponía complacencias. Todos terminamos siendo periodistas y somos 13 hijos, pocos activos. Lo único que le digo es que ser periodista es muy rico, es fabuloso. No renuncie a lo que usted busca como objetivo básico de su vida, sea periodista.

 

JORDY ORLANDO CRUZ

 

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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