¿En qué fecha dejó de ser el cardenal Karol Wojtyla para convertirse en Juan Pablo II?
– El 16 de octubre de 1978. Fui el primer pontífice no italiano desde 1523, cuando murió el holandés Adriano VI.
¿Por qué cuando lo designaron Papa, los asistentes a la Plaza de San Pedro creyeron que usted era africano?
– Porque cuando el protodiácono salió y gritó “¡Woitiua!”, se creyó que yo era negro. Por esos días se hablaba de que el sucesor de Juan Pablo I sería de color.
¿Pero hubo la aclaración inmediata?
– Sí, ese día se puso cuidado en la pronunciación del apellido y se aclaró que era polaco.
¿Cómo recibió el mundo ese momento?
– Dentro y fuera del Vaticano se dieron cuenta de que era un Papa distinto. Llegaban tiempos diferentes.
¿Le gustó ser el Papa más joven del siglo XX?
– Sí, solo tenía 58 años y podía darme algunos lujos en la Iglesia. Empecé a romper enseguida los anticuados moldes de El Vaticano.
¿Cómo cuáles?
– Deshacer el protocolo almidonado de la Santa Sede de un plumazo. Recibir a quien quisiera en cualquier momento. Hablar con los periodistas en los corredores del Vaticano y en los pasillos de los aviones. Bromear con los peregrinos en la Plaza de San Pedro desde la ventana del estudio. Esquiar y oxigenarme en las montañas, al este de Roma, en cuanto la agenda me permitiera unas horas libres.
¿Cree que hizo un papado distinto?
– Hoy, al mirar el conjunto de mi trayectoria puede constatarse que dejé huella en el último cuarto del pasado siglo y el comienzo del presente, no sólo en la Iglesia sino en la historia.
Hay quienes lo catalogan de mediático ¿qué piensa?
– No me molesta, porque la expectativa comunicacional creada fue grandiosa. Fíjese que en cualquier parte usted encuentra carteles que dicen: “S.S. Juan Pablo II “El Grande”. El compositor Penderecki escribió el “Réquiem Polaco”.
Llegaron a compararlo con figuras de la realeza y del deporte…
– Sí, con Lady Di y ‘el Emperador’ David Beckham.
¿Cuándo creyó que lo escogerían como Pontífice?
– Cuando en 1977, en el Congreso Eucarístico de Filadelfia (Pennsylvania) advertí al mundo de que estábamos ante la confrontación histórica más grande que la humanidad jamás hubiera pasado. Estábamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Dije que esa confrontación descansaba entre los planes de la Divina Providencia y que era el reto que la Iglesia entera tenía que aceptar.
Cuando sonaron las campanas por su elección, se dijo que repicaban como fin del comunismo. ¿Esa declaración resultó ser profética?
– Pues vea, investido como Sumo Pontífice visité a Polonia, a pesar de la resistencia inicial del gobierno. Esas semillas regadas luego se convirtieron en el sindicato Solidaridad.
También esparció semillas en México en cuatro oportunidades. ¿Qué ganó con esas visitas?
– ‘Casualmente’, se anuló una conquista de la Revolución Zapatista, la separación de la Iglesia y el Estado.
En Nicaragua estuvo dos veces llevando la voz del evangelio…
– Sí, pero los medios no relataron los detalles gruesos del comportamiento en relación con el Sandinismo y mi actitud para con el sacerdote, poeta, hombre de paz y miembro del gobierno, Ernesto Cardenal.
¿Por qué lo regaño?
– Por pertenecer al gobierno Sandinista. Eso ocurrió en Managua, en marzo de 1983, y se convirtió en uno de los episodios más polémicos de mis visitas a América Latina.
¿Supo qué respondió Cardenal?
– Sí, que esa actitud “fue bien premeditada por el Papa. Y que las cámaras de televisión estaban sobre aviso”.
Se habla en algunos medios que usted manejó una doble faceta como Papa. ¿Es cierto?
– Escuche y juzgue usted. Junto a posiciones avanzadas y desafiantes, como mi firme oposición a la invasión a Irak, mi crítica al capitalismo salvaje y mis posiciones sobre los medios y el periodismo; combatí a la teología de la religión, al uso de anticonceptivos, al aborto, al papel de las mujeres en la Iglesia.
¿Cómo fue su relación con los jóvenes?
– Muy buena, aunque se diga que me ponía delante de ellos para luego decirle al mundo que la juventud estaba conmigo.
¿Usted fue un Papa/espectáculo que ha conseguido extender el show más allá de la muerte, para prolongar la vida?
– No, lo que pasa es la Iglesia ha llevado esto a un delirio de multitudes y a una confusión de las lenguas donde ya vale todo.
¿Al hablar de Juan Pablo II de qué se habla en general?
– Es hablar de esa institución que es el papado, de su papel en ese momento de trasformaciones planetarias.
Desde el gobierno español se dijo en un momento que estos últimos 25 años no se entenderían sin su persona. ¿Qué le parece esa afirmación?
– Que tiene toda la razón. Por eso era tan importante y necesario hacer un balance de mi gestión.
¿Qué piensa de las beatificaciones?
– Beatificar a una persona no significa decir que jamás pecó o nunca hizo nada malo, sino que su ejemplo de vida es válido para los creyentes.
¿Cuántas beatificaciones ocurrieron en su papado?
– Beatifiqué a 1341 personas, 147 en celebraciones, 86 en Roma y 61 en otro lugar.
¿Recuerda cómo fue el milagro que impulsó su beatificación y a quién se lo concedió?
– El 2 de junio de 2005 fue el día de la curación. Ese día por la mañana la religiosa francesa Marie Simon Pierre estaba completamente impedida y no podía más. Sufría de Parkinson. En la noche durmió mejor y al otro día se dio cuenta de que el brazo izquierdo no se quedaba inmóvil al caminar sino que se balanceaba normalmente. En la Eucaristía tuvo la certeza de que estaba curada.
¿Qué es lo que más le gusta de la beatificación?
– El regreso al mundo exterior. Desde la muerte estoy metido en tres ataúdes: el primero de madera, fue el que se expuso durante el funeral; el segundo, es de plomo y está sellado; el tercero, también de madera, fue el descubierto en el momento de la extracción de la tumba. Se encuentra en buen estado de conservación, aunque muestre algunos signos del tiempo.
¿Qué falta para la canonización?
– Es necesario que suceda otro milagro, después de la beatificación
Gracias por el tiempo concedido
– Agradézcales a los autores de los artículos que leyó para hacer este trabajo. No a mí.
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ADAPTACIÓN DEL ARTÍCULO Karol Wojtyla, Juan Pablo II Obispo de Roma ¿A quiénes favoreció? y ¿A quiénes favorecerá el próximo Papa?, PUBLICADO POR EL SITIO WEB ENcontrARTE – Aporrea.ORG. Y otros artículos publicados en internet.