CÚCUTA.- Este gimnasta ariqueño, de 12 años, ha tenido la oportunidad de representar a Chile en competencias de la categoría infantil. Renato piensa que la gimnasia es para los niños hiperactivos y traviesos. No le gusta la violencia, cuando los hermanos pelean, los separa. Como todo deportista, quiere ir a los Juegos Olímpicos y le gusta viajar. La gimnasia le ha permitido conocer a mucha gente.
Lo que empezó como un balanceo en las cortinas de la casa vecina, se complementó con la ida al gimnasio. El deporte actuó como cupido y flechó a Renato con la gimnasia. Ocurrió en Arica, ciudad portuaria al norte chileno. Desde el principio le tomó gusto por la disciplina y le pareció interesante. Hasta hoy, no se ha arrepentido de haber tomado esa decisión.
El menor de los cuatro hermanos Méndez Michea comenzó el camino entre paralelas, piso y magnesio con el fin de divertirse y ser un ganador. Las épocas de travieso poco a poco quedaron atrás por el entrenamiento, el esfuerzo y el sacrificio.
Pedro Quisbert, el entrenador, lo vio en el gimnasio y tuvo la certeza de que podía encaminarlo hacia una vida rodeada de gimnasia. “Renato está hace 4 años en el club. Desde pequeño vimos que era un gimnasta con muchas potencialidades”.
Para Renatito, así lo llaman cariñosamente, el primer día de entrenamientos no fue difícil. Era travieso y esa actitud le había quitado el miedo a compartir con otros niños. A los 6 años, mientras los niños jugaban en las calles de la natal Arica, se preparaba para salir del país a conquistar el mundo. El apoyo familiar resultó fundamental, especialmente el de la madre, fiel compañera y primera entre las fans.
A esta corta edad actúa como adulto. Le molesta que los hermanos no saluden con la mano estirada, que no digan buenas tardes o buenos días, que solo le digan el primer apellido (Méndez).
Su madre Anita Michea lo define como “un ejemplo de hijo” y sabe que el camino es difícil. Verlo participar, ganar y disfrutar, todo recobra el sentido. La gimnasia lo ha llevado a Perú, Bolivia y Argentina. Ahora está en Colombia. En Cúcuta estará un mes preparándose de la mano del maestro Pedro Quisbert y atendiendo los consejos de Jairo Ruiz. El objetivo es madurar en lo deportivo y aprender lo máximo en esta experiencia.
Cuando llegó al gimnasio cucuteño, aquella mañana de calor insoportable, lo recibía un hombre de aspecto serio, pero hospitalario. Mientras caminaba, vio a lo lejos la foto de un joven con el grito al cielo y los brazos extendidos. Preguntó “¿Quién es el de la foto?”. En respuesta le contaron la historia del gimnasta, quedó fascinado y con ganas de conocer a Jossimar Calvo.
Han pasado los días y se siente como en casa. Ha compartido con deportistas de República Dominicana, Estados Unidos y Colombia, niños que había conocido en algunas competencias. No tiene problema con la fama, le gusta cuando los compañeros de escuela y el mejor amigo le dicen: “Renato, te vimos en la tele, felicitaciones”. Es la mejor manera de motivarse y seguir.
Tanto es el éxito, que lo comparan con el mejor gimnasta de Chile y, humildemente, contesta, “Voy a ser mejor”. A Renato le gustan las paralelas, y es el ejercicio preferido. El profesor Quisbert ha sido fundamental en el crecimiento en la gimnasia y lo ve como a un padre. No solo le gusta la gimnasia, ve futbol y otros deportes. Aunque admira a Alexis Sánchez, el deportista preferido es Tomas González.
Renato Méndez Michea sueña con participar en los Olímpicos y siente un orgullo especial, porque a los 12 años puede representar a Chile en cualquier lugar del planeta.
JORDY ORLANDO CRUZ