Los efectos de la pandemia en Cúcuta se ven reflejados no solo en el pesimismo como lo presenta la segunda encuesta de percepción ciudadana Mivozmiciudad (65 % de los encuestados), sino también en el empleo, el 69,4 % de los encuestados dice que al menos una persona de su hogar perdió el empleo, siendo los niveles socioeconómicos bajos los de mayor afectación 73,4 %, por el lado de los rangos de edad son los de 36 a 45 años (el 74,8 %) y más de 55 años (el 72 %) los más sensibles.
Esta información guarda relación con dos preguntas más que dan razón de la importancia de las condiciones materiales de las personas, sus implicaciones en la calidad de vida, y sobre todo las privaciones que inciden negativamente tanto la satisfacción de necesidades básicas, como en el desarrollo de las capacidades humanas de los hombres y mujeres de Cúcuta. En la pregunta que hace alusión a la “reactivación” económica el 62,2 % de los encuestados no tiene empleo aún, con mayor incidencia en los niveles socioeconómicos bajos, y más en mujeres (65,5%) que en hombres (58,7 %), además las comunas más impactadas según la respuesta de los encuestados fueron las 3,4,6 y 7.
Cuando a los encuestados se les pregunta por los ingresos actuales, 5 de cada 10 dice que no alcanza para cubrir los gastos mínimos, al igual que la anterior las comunas 3,4,6 y 7 son las de mayores implicancias en la carencia de ingresos (58 %), también los niveles socioeconómicos bajos fueron los más sensibles con el 60 %, al mirar los datos por género, a las mujeres les fue peor con 62 %, mientras que en los hombres fue de 46,9 % una diferencia de 15,1 %. Por otro lado, casi 3 de cada 10 encuestados dijeron que por lo menos una persona de su hogar pasó hambre por falta de recursos.
En esta realidad tan perpleja, es importante pensar posibles caminos que conduzcan en el corto, mediano y largo plazo acciones que puedan mitigar esta situación, para ello en el último informe que realizó el Cúcuta Cómo Vamos y el ORMET Norte de Santander1 se propusieron algunos puntos generales a nivel regional y local, que se replicarán aquí:
- Articular la agenda económica y social
- Articular las políticas nacionales con las regionales, teniendo en cuenta que estas últimas deben tener una mirada regional y acorde con las especificidades territoriales, esto último cobra importancia con la generación de una plataforma de datos, de información y de conocimiento para monitorear y tomar mejores decisiones en materia económica en el sector público y privado, lo que implica generar sinergias no solo entre estos dos sectores, sino con la academia y actores sociales de incidencia en materia económica y laboral.
- Aunque es necesario reconocer que muchas de las medidas deben tener en cuenta las competencias entre nación, departamento y los municipios, es fundamental: aumentar los beneficiarios de los programas de transferencias condicionadas, especialmente el programa de ingreso solidario, y mejorar el sistema de información de estas medidas para que la población pueda conocerlas y acceder con facilidad a ellas.
- La oferta institucional orientada al sector empresarial debe priorizar y diferenciar las ayudas, dado el tamaño, los ingresos y otros criterios para recibir apoyos como la protección de los trabajadores y la generación empleo, por ejemplo, las actividades más sensibles frente a las medidas de salud pública (actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otras actividades de servicio), las actividades que generan un mayor volumen de empleo (como comercio y reparación de vehículos), las actividades empresariales que son importantes en materia de exportación, las actividades que tienen una mayor flexibilidad para adaptarse al comercio electrónico y al teletrabajo, etcétera.
- Los apoyos a los empresarios por fortalecer van desde refinanciación de deudas con bancos, ayudas con recursos para mantenimiento de nómina, recalificación de la fuerza laboral para adaptarse a otras formas de trabajo (teletrabajo) y labores remotas, acompañamiento y apoyo para generar capacidades físicas y humanas, y aprovechar las oportunidades del mercado electrónico, el diseño a nivel nacional de un marco regulatorio para la emergencia de estas formas de trabajo donde prevalezca la protección social y otras acciones encaminadas no solo enfrentar los desafíos de la pandemia Covid-19, sino en generar unas condiciones de mediano y largo plazo que permitan con el tiempo fortalecer y transformar el aparato productivo y el mercado laboral frente a los desajustes en materia de cantidad y calidad del empleo donde son claves instrumentos de planeación territorial: los planes de desarrollo con reformas efectivas para incluir estrategias de recuperación económica, social y laboral, la actualización de sus “bancos de proyectos” y la articulación con el Plan Regional de Competitividad y de Ctel de Norte de Santander, esto requiere con urgencia, cerrar brechas en formulación, implementación y evaluación de proyectos, así como un manejo adecuado, costo efectivo y de impacto en el uso de los recursos del sistema general de participaciones y de regalías, donde es fundamental el rol de las universidades y de las instituciones de la sociedad civil que están vinculadas con la generación de conocimiento y de valor agregado en su contenido económico, social y ambiental.
- Es importante que las medidas tomadas tengan en cuenta enfoques poblacionales y diferenciales, perspectiva de género y del ciclo vital, partiendo de un análisis espacial en la ciudad.