CÚCUTA.- En Cúcuta urge la relocalización de los asentamientos informales formados en los cerros ante la carencia de vivienda. Las zonas erosionadas y de riesgo por deslizamientos o inundaciones se encuentran invadidas por ranchos construidos en madera, tela plástica y zinc. La reubicación debe propender por mejorar la calidad de vida de las familias.
La dotación de vivienda para los habitantes de esas áreas de la periferia cucuteña permitirá recuperar los cerros como símbolo y referente natural del territorio. Las conclusiones corresponden al estudio ‘Cúcuta 2050, ciudad futuro’, elaborado por la Cámara de Comercio de Cúcuta y Camacol Cúcuta y Nororiente.
El análisis de la realidad ambiental del contexto metropolitano abarca las escalas binacional, regional y metropolitana, y comprende ríos, lagos, quebradas y canales, y la topografía que configura la estructura urbana.
A escala binacional, el río Táchira define la línea fronteriza entre Colombia y Venezuela en los municipios del Área Metropolitana, por lo que los problemas que alteran el equilibrio ambiental deben ser abordados conjuntamente.
Los principales problemas en las cuencas hídricas metropolitanas de los ríos Zulia y Pamplonita, y la subcuenca del río Táchira (Venezuela), desde los nacimientos hasta la desembocadura del Zulia en la gran cuenca del Catatumbo, se relacionan con:
1.- Inadecuados usos de suelo
2.- Vertimiento de residuos orgánicos e industriales
3.- Invasión de las rondas hídricas y las zonas de protección
4.- Extracción de material de arrastre.
Esos problemas, junto con las zonas de alto riesgo, propias de un terreno caracterizado por la alta presencia de arcillas expansivas, la deforestación progresiva de las zonas de reserva y protección, la baja o nula conciencia de adoptar e implementar medidas de un consumo responsable de recursos, hacen necesario un análisis integral que permita asumir la estructura ecológica principal como la base sobre la cual se debe generar la movilidad, la asignación de usos del suelo y la producción de espacios públicos asociados a la base natural y los equipamientos colectivos.
En cuanto al reciclaje o mejores prácticas ambientales, el problema abarca desde la falta de cultura ciudadana hasta la ausencia de políticas de consumo y producción limpia orientada a la sustentabilidad. No existe masivamente la separación y clasificación de residuos desde la generación y las basuras se acumulan en el espacio público a falta de lugares dispuestos bajo condiciones de higiene y seguridad.
Los tres ríos que hacen parte de la estructura ecológica metropolitana se encuentran en grave estado de deterioro y contaminación, especialmente el Pamplonita, que recibe los mayores impactos al atravesar las cabeceras urbanas y rurales desde Mutiscua hasta el Lago de Maracaibo.
Hay un sinnúmero de industrias localizadas en el perímetro urbano cuyas prácticas generan conflictos ambientales, desde problemas relacionados con el tráfico pesado, la movilidad y emisión de partículas, hasta la extracción y procedimiento que incide sobre la calidad del aire y los cuerpos de agua.
En cuanto a la arborización y dotación de zonas verdes, se observa, en especial en los últimos desarrollos inmobiliarios, la escasa dotación de espacio público que restringe la plantación de especies vegetales, además de que no existe una norma clara que disponga que se debe plantar determinada cantidad de especies en proporción directa con las unidades o metro cuadrados construidos.
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