Era tierra verde, muy verde, llena de árboles grandes y pequeños, donde anidaban pájaros cantores y multicolores, y por su espesura andaban manadas de animales silvestres. En medio de la selva y en un cruce de caminos surgió un lindo pueblo de ranchos de lucua y calles empedradas con árboles y palmeras en sus andenes simples, en franca comunión y respeto con la naturaleza.
Era tierra con abundante agua por sus quiebras y caños, la neblina coronaba sus montañas y enredaba sus finos hilos de plata en la copa de los árboles.
Era tierra de los indígenas Oporomas, que desde tiempos inmemoriales la habitaron y eran sus legítimos dueños.
Era tierra de Pamplona para la época de la conquista, o mejor la invasión española. Y fue tierra de la encomienda La Ocarena, Zulia y La Berigua, mediante la cual se aseguraba el control español.
Era tierra estratégica para el paso de soldados en la época emancipadora. Por aquí pasó la cuadrilla del coronel Manuel Castillo y Rada que salió de Pamplona a reforzar el Ejército Libertador en la batalla de Cúcuta, donde derrotó el ejército español y siguió victorioso a Venezuela.
Era tierra de Bochalema. De sus brazos paternales la desprendieron sin violencia un puñado de hidalgos campesinos y guerreros de la libertad, encabezados por los generales Justo L. Durán y Rafael Leal Villamizar y los coroneles Gumersindo Cáceres y Carlos Vásquez.
Era tierra de Cúcuta cuando le fue entregado el cantón La Troja por orden del presidente de la Nueva Granada, José Hilario López.
Era tierra de café y el municipio fue el primer productor del Departamento. La semilla llegó en las prodigiosas manos del cura de Bochalema, Ramón Cleto García, quien siguió el ejemplo del cura de la vecina Salazar de las Palmas, Francisco Romero, imponiendo penitencias para cultivar la gramínea.
Era tierra de maíz. Una frase era famosa entre las poblaciones circunvecinas “Vaya a La Troja si quieres maíz regalado”. “¡Troja! Símbolo inmenso.
Era tierra de promisión. Los esposos Segundo Antonio González y Virginia Acosta construyeron el primer rancho en un cruce de caminos que dio origen al caserío la Troja. La aldea creció a lo largo de un camino real con casitas sencillas que construyeron Emiliano Acosta, Rafael Leal Villamizar, Florentino González, Hilario Peña, Felipe Franco, Manuel María Sosa, Idelfonso Maldonado, Eusebio Contreras, Siervo Gallo, Marcelino Santander, Salvador y Santiago Gutiérrez, Aurelio Parada, el primer alcalde de Córdoba; Nepomuceno Perea, el primer juez municipal; Rosa Galviz, la primera mujer cabeza de familia en La Troja; Manuel Torres, Urbano Gutiérrez, Norberto Peña, el constructor del primer acueducto y el primero en prestar el servicio de energía eléctrica en Córdoba con una planta Pelton de su propiedad; Nicolás Villamizar; Marcos Girón, corregidor; Joaquín Girón, médico y dentista que tanto sirvió a los trojanos y cordobeses, entre otros pobladores constructores de sus propias viviendas.
Era tierra de colonos. Aquí llegaron de Bochalema por La Montuosa; otros llegaron de San Cayetano y Cúcuta por los lados de Hato Viejo; otros llegaron de Chinácota y Pamplona por la Cuchilla oriental; otros vinieron de Arboledas y Salazar por la otra Cuchilla, la occidental ¿Quiénes fueron esos colonos? Citemos algunos. Los Cáceres en cabeza de don Saturnino, el padre del Coronel Gumersindo; los Duran, con Juan José, tío y suegro del General Justo L Durán y Ricardo, el padre de los Durán Vargas; los Vásquez con don Rafael y don Carlos, los fundadores de La Palma. Los Ayala con Leonardo, los Camperos con Juan de Dios, los Castellanos con Eliécer y Federico, éste coronel liberal en la Revolución del 99 y alcalde de Córdoba en tres ocasiones; los Berbesí y los Mendoza, fundadores del caserío La Cuchilla, cabecera de Corregimiento Páez, que comprendía a la fracción de La Troja. Los Ramírez con Antonio María, el padre de los médicos Ramírez Calderón; los Romero con Primitivo; los Delgado y Medina; los Abreo con Pedro, el padre de Víctor, todos de Hato Viejo, tierra de pastos y de naranjas dulces. Los Moreno con la dirección de don Nicolás, el viejo; los Bustos con Antonio; Los Pompeyo con Marcos; los Lara con Baldomero; los Sandoval con José Mercedes, Juan y Bonifacio; los Urbina con Teodoro; los Gómez con el coronel Valentín; los Mendoza con Eustorgio; los Miranda con Ramón, los Sosa con Manuel María; los Maldonado con Lisandro y así, los Jurado, los Cruz, los Lara, los Luna, los Mejía, los Sierra, los Botello, los Cárdenas, los Rosales, los Chacón, los Márquez, los Santander, los Rodríguez, los Chacón, los Rubio, los López, los Avellaneda, los Sánchez, los Caicedo, los Uribe, los Iscalá, los Jaimes, los Medina, los Cruz, Los Jurado, los Álvarez, los Leal, los Gutiérrez, los Rivera, los Gamboa, los Becerra, los Duarte, los Cobaría y tantos apellidos ancestrales.
Era tierra de revolucionarios liberales, como el general Justo Leonidas Duran, “arquetipo ideal de superhombre” que legó a Durania “su ancestro iluminado”; el general Rafael Leal Villamizar, quien hizo de la Cuchilla y La Troja, su proyecto de vida y sus ideales de patria; lo coroneles Gumersindo Cáceres Carrillo, el alma de La Troja; Carlos Vásquez Romero, el filósofo del pueblo; Federico Castellanos, el “Manco de Lepanto” criollo; los capitanes Aureliano Blanco y Rafael Ariza entre muchos otros incógnitos revolucionarios liberales.
Era tierra de Los Barqueros, un grupo de valientes hombres y liberales de ”raca mandaca” que se atrevió enfrentar a desalmados guardias civiles que venían de Chinácota a humillar y atropellar los derechos humanos de los campesinos de La Troja y Córdoba, por el solo hecho de ser “cachiporros”. Algunos Barqueros terminaron como forajidos al perder los ideales del movimiento.
Era tierra de ilustres dirigentes liberales que mucho hicieron por el progreso y el desarrollo de la comarca. Aquí surgieron figuras nacionales como Virgilio Barco Vargas, presidente de la república; Manuel José Vargas Durán y Enrique Vargas Ramírez, ministros de Estado; Miguel y Alberto Durán Durán, Efraín Vásquez, José del Carmen Leal Atuesta, Víctor y Justo Pastor Castellanos, senadores de la república y representantes a la Cámara; Patrocinio Miranda, Ricardo Rodríguez, Jorge Fuentes, Eddy Gallo de Fuentes y José Trinidad Rico Laguado, diputados.
Era tierra de líderes extraordinarios con realizaciones que hoy enorgullecen y disfruta Durania. Encabeza la lista de pléyades: Miguel Durán Durán y Efraín Vásquez Ronderos, insuperables; José Nieves Urbina, el decano de los alcaldes de Durania; Víctor Gáfaro, el procónsul de Durania; Carmelito Leal Atuesta, el abogado del pueblo; Emiliano Montoya, revolucionario liberal; Maximino Gallo, el conservador que amó tanto su tierra natal; y Delfín Sandoval Uribe, el músico y juez, para sólo citar algunos.
Era tierra de excelentes alcaldes, nombrados por el Gobernador del Departamento, alcaldes honestos, diligentes y virtuosos. La lista la encabeza don José Nieves Urbina, el decano de los alcaldes de Durania, Aurelio J. Parada, el primer alcalde; Federico Castellanos, coronel del ejército revolucionario liberal; Joaquín Girón, el médico empírico del pueblo; Luis Abilio Cañas, el alcalde del cincuentenario; Emilio Osorio y Hermeregildo Bautista entre otros.
Era tierra seductora para candidatos presidenciales y presidenciables. A Durania llegaron: Eduardo Santos, el único presidente de la República en ejercicio que ha visitado la comarca; Alfonso López Pumarejo, Jorge Eliécer Gaitán, Carlos Lleras Restrepo y Cesar Gaviria. Todos fueron presidentes de la nación, a excepción del Dr. Gaitán que fue asesinado por sátrapas que no permitieron que el pueblo llegara al poder.
Era tierra de próspero comercio y comerciantes comprometidos con el civismo y el progreso del pueblo, como: Segundo González, Emiliano Acosta, Jesús Acosta, Eusebio Contreras, General Rafael Leal, Espíritu Peña, Rafael Ariza, el papá de Jaime y Bernardo quienes eran peseros; Víctor Castellanos R, el padre de los dirigentes revolucionarios liberales Víctor y Justo; Isaías y Faustino Pedraza, Nepomuceno Fuentes, Nepomuceno Bolívar, Facundo Rangel, Luís Eduardo Báez, Zacarías Montoya, Antonio María Carvajal, Telésforo Omaña, Jobito Martínez, Ernesto Leal, Espíritu Peña, Vicente Gallo, Rafael Guerrero, Jorge Rangel el inventor de máquinas; Marcos Ortiz, Roberto Navas, José Peña, Elías Delgado, Alfonso Martínez, Gregorio Maldonado, Delfín Quintero, Natividad Bayona, Senón Sandoval, Luís Sandoval, Gustavo Osorio, Marcos Romero, Honorato Ballén, Marcos Ruiz y Leopoldo Mora entre muchos otros.
Era tierra de hombres emprendedores, como Evangelista y Patrocinio Miranda Sandoval y Amador Sandoval, quienes marcaron el principio de la industria del transporte en la comarca con el bus Mayerlín, el primer bus de pasajeros del pueblo.
Era tierra de bellas y hacendosas mujeres e inquietas que hicieran carnavales, bailes, bazares y veladas pro obras sociales y de ornato público. Mujeres extraordinarias, únicas, como: Virginia Acosta, la matrona fundadora pobladora; Rosa Galviz, María Parada, Matilde Jaimes, Inocencia Iscalá, Josefa Jaimes, Josefina Galviz, Beatriz de Álvarez, Corina Cárdenas, Aura de Álvarez, Saraí y Adelina Vásquez Ronderos, Aurelia de Sandoval, Cristina Uribe, Brígida Delgado, Rosalbina de Navas, Emilia Rodríguez, Crecencia Gutiérrez; Emilia de Castellanos, Teresa Maldonado de Contreras, Benilda Guerrero de Gáfaro, María Pinto de Villamizar, Julia Durán Durán, la abuela del Presidente Barco, Anagustina Torres de Ariza, Ofelmina González de Sosa, Adela Maldonado de Carvajal, Ana Tulia Suárez de Ruiz, Sara Rodríguez de Mora; las consagradas maestras Ofelmina Galviz, la primera de la escuela alterna de Córdoba; Mercedes Urbina, la primera en fundar un colegio de secundaria en Durania; Trina Moros, Irmis Gáfaro, Elena Guerrero, Blanca Galviz, Alicia Sandoval, Ofelmina Gómez, Sarita Camperos, Juanita Berbesí, Elpidia Márquez, Flor Gutiérrez de Angarita, Ofelia y María Luisa Montoya, Josefa y Ermilda Sandoval, Rosa Vargas, Ninfa Pérez, María Pineda de Blanco, Alba Pompeyo de Vásquez, Luz Marina Gáfaro de Assaf, Ángela Becerra de Abreo, la primer mujer alcalde; Elda, Ema y Dora Silva Cabrales, Élcida Rodríguez;Carmen Miranda y Carmen Adela Pereira.
Era tierra de inventores, como Evangelista Miranda Sandoval y Jorge Rangel, quienes patentaron y fabricaron máquinas despulpadoras y trilladoras de café.
Era tierra de Esteban García, el primer abastecedor de agua de La Troja, cuando el preciado líquido era distribuido en burro y pipas de madera.
Era tierra de músicos, que pasearon por aquí sus tonadas, calle arriba, calle abajo, como: Jesús Carvajal Valderrama, el padre de los también músicos Evaristo, Jesús y Leonardo; Eliseo Vargas Peñaranda, Anselmo Jaimes y Pedro Mariño, directores de la Banda Municipal; Gregorio Villamizar, Gilantanio Mendoza, Antonio Peña, Rafael Valderrama, Samuel Castellanos, Primitivo Cote, Bernardino Valderrama, Enrique Cote, José María Peña, Luís Gutiérrez, Gilberto Camargo, Santiago Sayazo, Rafael parada, Saúl Bayona, Goroteo Carrillo, Benjamín Jurado, Rafael Rangel; Gregorio Maldonado, Patrocinio Miranda, Marcos Poveda, Jovito Cobaría, Cipriano Santos, Roberto Gómez, Luís Felipe Hernández, Ignacio Rincón, Jesús Zapata, Rafael Mariño y Ramoncito Contreras. De Bochalema vino José Rozo Contreras a formar la Banda de Córdoba; el maestro Víctor Manuel Guerrero vino de Salazar y el maestro José A Muñoz, del país de Costa Rica. El maestro Guerrero compuso la música del himno a Durania con letra del poeta Honorio Mora Sánchez. ¡Ah! Y de músicos populares, como: Carlos, Gregorio y Antonio Berbesí; Presento Galviz y Luís e Higinio Palencia, quienes conformaron la famosa agrupación Los Pajonales de Cachirí; Epifanio Sandoval, Rafael Morales y Jesús Carvajal, quienes formaron otra agrupación musical; Ignacio Rincón, Delfín Sandoval Uribe, Carlos Tulio Vásquez, Jesús Jaimes, Carmencita Sandoval y Juan Duarte.
Era tierra de coristas extraordinarios, como Luís y Primitivo Cote, Jesús Pineda, Miguel Froilan Fuentes, Gladys de Tarazona, Edy Gallo, Alba Pompeyo, Marina Márquez, María Luisa Montoya, Gladys Gutiérrez y Rosalba de Méndez.
Era tierra de muy buenos jugadores de futbol como Fernando Sandoval “Alexandrines” quien jugó con el Deportivo Pereira, Jorge Ordúz en las reservas del Cúcuta Deportivo; Julio Pizza y Jesús Caicedo Ramírez en la selección Norte de Santander. Durania tuvo dos grandes equipos Real Madrid y Córdoba, y su selección obtuvo el subcampeonato departamental en Pamplona en 1965.
Era tierra de laureados poetas como Honorio Mora Sánchez y María Ofelia Villamizar Buitrago, quines anclaron aquí sus tristezas en el exilio. Honorio Mora es el autor de la letra del himno a Durania y María Ofelia del bellísimo poema, dedicado a La Troja, Córdoba y Durania, “Romance del camino”. Aquí vivió por muchos años Benilda Guerrero de Gáfaro, la poetisa de la nostalgia y filántropa sin igual; Aquí nació y vivió sus casi cien años, Rufina de González, la poetisa de la montaña. Aquí nació el galardonado poeta Luís Rubio Sandoval, el bardo piedracelista de “La Tempestad de las Corolas”.
Era tierra de admirables servidores sociales, como los “leones”. Aquí nació el primer club de leones del oriente colombiano, el Club de Leones de Durania Monarca, donde lucieron sus arreos Miguel Duran Duran, Efraín y Carlos Tulio Vásquez, Víctor Gáfaro, Faustino Pedraza, Telésforo Sandoval, Isidoro Miranda, Isaías Pedraza, Miguel Nieto, Carlos D’otero, Salvador Cristancho, Gregorio Villamizar, Norberto Peña, José del Carmen Báez, Pedro José Murillo, Miguel F. Bautista, Eduardo Pardo Fonnegra, Luís A Sandoval, Ramón E vargas, Manuel Barragán, Gregorio Maldonado, Marcos Romero, José Arístides Rodríguez, Alfonso López Ballesteros, José Nieves Urbina, Benigno Blanco, Maximino Gallo, Honorio Mora Sánchez, Nepomuceno Fuentes, Jorge Pompilio Romero, Manuel Carvajal, Manuel Báez, Carlos Angarita Parker, Encarnación Bueno, Afilio Cuadros, Efraín Chávez, Jorge Fuentes, Gonzalo Fuentes, Vicente Gallo, Aureliano Galviz, Ernesto Jaimes, Eduardo Parra Gómez, José Humberto Rivera, José Antonio Valero, Luís Germán Gutiérrez, Carlos Yánez Zafra, Miguel Vásquez y otros más.
Era tierra de personajes populares, queridos y apreciados, y grata recordación como: Fermín Sandoval Villamizar, ensaladallista y ferretero; Juan Cárdenas, metalúrgico; Santiago Lizarazo, pesero; Honorato Ballén, talabartero; Alberto Gallo “Camarado”, vendedor de lotería; Vicente Rincón, sobandero; Jorge Muñoz, curtiembrerista talabartero.
Era tierra de simpáticos personajes típicos, como “el bobo” Ciro, Patuleca, “el loco” Cruz, Pipo, “el loco” Pablo y Cristian, que regalaron al pueblo sus encantos e inocencias.
Tomado del libro inédito “Durania, Semblanza Historica Tomo IV.” Capitulo 1. De Ronda por el Recuerdo. De Fernando Velandia Caicedo
Buenos días Licenciado saludos desde Barinas Venezuela, dejeme presentarme; mi nombre es Hugo Giovanni Buitrago Santander, como notara mi ultimo apellido es muy común por esas tierras del Norte de Santander, le escribo esta nota porque me llamo mucho la atención el nombre de Marcelino Santander entre los fundadores de Cúcuta, casualidad que mi bisabuelo se llamaba igual, usted tendra informacion sobre la vida del señor Marcelino Santander??? el estaba casado con Concepción Vera. Eran nacidos en el pueblo de Bochalema si me puede ayudar y tiene esa información me puede escribir a mi correo electronico.