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Abogados, médicos, ingenieros, administradores de empresas, desocupados, comerciantes, trabajadores independientes, docentes, profesores, un cura y un periodista. Don Juan, ahí tienes a tus hijos hechos hombres y mujeres responsables, llenos de vida y con una profesión definida. Foto: Especial para www.contraluzcucuta.co

REENCUENTRO SANJUANISTA. El despertar a la aurora de una hidalga y radiante juventud

Amado Josué

  • Presente

Antolínez Orlando

  • Presente

Araque Sánchez Fabio Enrique

  • No vino

Blanco Elsa

  • Presente

El llamado a lista lo hizo don Juan Guerrero, quién más si no el director del colegio San Juan de la Cruz. Comenzó la clase, en esta ocasión, diferente y lejos del patio donde los alumnos se cobijaban con la sombra del árbol de mango. Tampoco está la caseta de latón dada en comodato por una fábrica de bebidas gaseosas.

La puntualidad falló, quizás porque se sabía que el prefecto de disciplina Pedro Guerrero no cerraría la puerta principal, ni doña Teresa asomaría para preguntar qué pasó. Nadie llegó con uniforme, ni con libros debajo del brazo. La lonchera, o el avío, lo cambiaron por una bolsita negra que entregaron con disimulo al representante del curso, que con el mayor de los cuidados dejaba sobre la mesa.

En el preámbulo, los estudiantes se encontraron en la antesala del elegante salón, donde las mesas estaban dispuestas para los primeros momentos de la jornada. Luego, cambiaría la figura. Los saludos entre quienes se reconocieron resultaron sinceros, mientras las miradas de extrañeza apuntaban hacía aquellos que el tiempo había trasformado en lo físico.

¿Ese quién es?

  • No sé. No lo recuerdo. Espere pregunto.

Así, mientras se decía el nombre, las imágenes volaban en los lejanos años para dar con los apellidos, la figura y si acaso el remoquete estudiantil. Nada. La memoria no cumple la función y el recién llegado queda en el anonimato. Diferente con aquellos que se frecuentan.

Pasado el tiempo de espera repicó la campanilla de monaguillo para llamar a la fila. Las mujeres a la izquierda y los hombres a la derecha. Los aplicados adelante, los indisciplinados atrás. Era el momento para ingresar al aula, esta vez en un restaurante cucuteño, distante de la avenida 4 con calle 14 en el centro de Cúcuta.

Calderón Juan Carlos

  • Ya viene

Chaustre Carlos

  • Presente

Echevería Nancy

  • Presente

Leal Carmiña

  • Presente

Siguió el llamado a lista. El ambiente colegial se sentía en el máximo punto de ebullición. Se acomodaron los grupos para recordar, para chismosear, para ir en el tiempo, para regresar en las horas. El barullo no dejaba oír la presentación del nombrado. Unos, aprovecharon el momento para mostrar sus dotes de discurseros; otros, parcos, no alargaron la intervención. La ocasión no daba para decir más de cuatro palabras.

Despertad corazones a la aurora/de una hidalga y radiante juventud/con fulgores de luz redentora/con destellos de Juan de la Cruz. Ese es el coro del himno que se entonada en los actos especiales en el colegio y que los estudiantes repitieron con idéntico sentimiento y orgullo como en aquellas épocas idas.

Y don Juan, ¡ay, don Juan!, rememoró el poema del que tiene olvidado el autor para alentar de nuevo a los muchachos, como lo hacía en las izadas de bandera, en los centros culturales, en las reuniones de padres de familia. No hubo medallitas, condecoraciones, ni entrega de diplomas. Tampoco, regaños, llamados de atención, ni amenazas con bajar la calificación en disciplina.

El recreo fue sustituido por el brindis con champaña y una agradable cena, servida a la mesa. Nada que ver con las colas en la caseta para comprar el pastel de arroz y la gaseosa, o con el corrillo para fumar a escondidas. Los hermanos Laguado, encargados de la música, se pusieron a tono con la edad de los invitados y entonaron melodías de la década de los 70.

Y llegó el momento de cambiar el ritmo. Se reorganizaron las parejas y se revivieron amores de colegio. Las miradas, sin la coquetería de antaño, se cruzaron para invitarse a la pista. Esas cenizas no las aviva el recuerdo. Solo sonrisas cómplices para una noche de evocación. Desde las mesas salieron aplausos complacientes y gritos de aceptación por el reencuentro.

El contenido de las bolsas negras con las que llegaron los otrora muchachos, ahora convertidos en adultos, se regó de vaso en vaso para despertar la alegría entre los miembros de la promoción de bachilleres de 1977 del colegio San Juan de la Cruz.

Tanto al comienzo como al final, hubo una voz de agradecimiento para el gestor de la reunión. Los aplausos los ganó Juan Antonio Nieto por hacer posible que luego de 40 años, sin toga, ni birrete, ni corbata, se entonara de nuevo la estrofa que dice: En nosotros descansa la patria/juventud de Colombia esplendor/abrumad el caudal de la historia/con estudio, piedad y valor.

Abogados, médicos, ingenieros, administradores de empresas, desocupados, comerciantes, trabajadores independientes, docentes, profesores, un cura y un periodista. Don Juan, ahí tienes a tus hijos hechos hombres y mujeres responsables, llenos de  vida y con una profesión definida.

RAFAEL ANTONIO PABÓN

rafaelpabon58@hotmail.com

 

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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