1.- Escribo estas notas luego de un diálogo telefónico, franco, sincero y abierto, con el embajador de Venezuela en Colombia, Iván Guillermo Rincón Urdaneta, quien expresó sus preocupaciones por el futuro de las relaciones colombo-venezolanas y del muy posible retiro de su representación ante las declaraciones públicas del nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, quien, según el Embajador, no nombrará Embajador en Venezuela y, además, no reconocerá como legal la elección del presidente Maduro y su continuidad.
Situación esta que de inmediato genera enormes expectativas y gigantes preocupaciones para la frontera colombo-venezolana y en especial la que tiene como eje y centro a Cúcuta, ciudad que experimenta uno de los momentos socio- económicos y políticos más delicados y complejos de la historia, en orden a los altos índices de desempleo e inseguridad, carencia de apoyo en incentivos, estímulos y mecanismos que permitan dar vigencia y solución a propuestas que han sido formuladas a los dos gobiernos por intermedio de las cancillerías y nacidas desde asociaciones del sector privado, que claman por unos prontos y constructivos análisis, que podrían dar salida y vigencia a la creación de empleos y nuevas perspectivas, dada la calamitosa situación que se experimenta en Venezuela y la necesidad de cambiar y trasformar la frontera hacia desarrollos compartidos, aprovechando la ubicación geoestratégica de sus fajas territoriales bilaterales limítrofes, los recursos que conjuntamente podrían canalizarse hacia lo básico, urgente y necesario, para impulsar la industrialización, la modernización comercial y el estimulo a la producción agrícola, partiendo de la base que uno de los problemas que han frenado el desarrollo de los dos países es la falta de generación de empleos, el fortalecimiento educativo universitario y la capacitación en general.
2.- Sí, las fronteras y quienes han expuesto sus tesis y propuestas lo que piden es acercamientos y prontos avances para entendimientos y acuerdos al más alto nivel, para que se superen el exagerado centralismo y las limitantes al desarrollo conjunto que mantienen paralizadas a estas fajas territoriales que no han sido tratadas y estimuladas por los gobiernos de Caracas y Bogotá, como se debe y necesita, debido a las pugnas y retos verbales presentados en los altos cargos y niveles de gobierno y poder, hasta el punto de estar cerrada la frontera – casi por tres años- y olvidando la expresión y el reto que el libertador Simón Bolívar sintetizó a raíz de las divisiones y quebrantos que experimentó la causa independista cuando dijo: “El no habernos compuesto con Santander nos ha perjudicado a todos”.
3.- Infortunadamente, en los centros de poder y por falta de unión y de labores en equipo, acercamientos, asociación y unión han sido desplazados por declaraciones que han sacudido el ambiente, por la ausencia de entendimientos hacia el progreso y dentro de una concepción futurista y perseverante para modernizar las gestiones por cumplir dentro de una visión americanista renovadora y para aplicarla internacionalmente, porque se viene aplazando y sin mejorar lo que debe ser el trato abierto y sincero, la innovación educativa y la tecnificación en todo el andamiaje productivo, ante el reto libre, cierto, evolutivo, renovador y cambiante que se capta en el planeta .
Por eso, la preocupación del embajador Rincón Urdaneta y la posibilidad, de crear parques industriales y tecnológicos, zonas francas especializadas y zonas aduaneras especiales, para dar paso, asistencia y vida a las maquiladoras, las recibimos con impacto y expectativa, porque lo que es primario y urgente exige un diálogo directo, franco, trasformador y ejemplarizante para que las soluciones fundamentales que se deben emplear e implementar deben ser el producto de una libre y democrática demostración de confianza mutua, porque unidos y laborando mancomunadamente se daría no solo un gran ejemplo, sino la demostración clara y rotunda de la importancia y trascendencia de esa hermandad nacida y proyectada desde la Villa histórica del Rosario, cuando desde allí se originó y constituyó La Gran Colombia, que fue y sigue siendo fuente viva y demostrable de un propósito mayor que la llevará a que algún- ojalá próximo – día los gobernantes de Colombia y Venezuela se reúnan allí para exteriorizar y dar vigencia a los buenos prospectos que se aprueban desde la frontera. Y calificar a ese retablo de historia y fraternidad como la Capital de la Integración en América.
Quiera Dios que estos sentimientos y anhelos constituyan los fundamentos de los acuerdos y entendimientos que desde los límites integradores, formulan los pobladores a presidentes y gobiernos de Colombia y Venezuela en un momento de gran importancia para América.
Señor embajador Iván Guillermo Rincón, le pedimos que siga defendiendo y proyectando las causas y las motivaciones de la gente de frontera.
Doctor Iván Duque, vivamente anhelamos que el inicio de su mandato como presidente de Colombia constituya un auténtico comienzo de una nueva y trasformadora relación con Venezuela y auxiliando a las fronteras, que constituyen y representan el 53 % de la faja territorial nacional o sea más de la mitad de Colombia, pero que son los territorios más marginales y abandonados, aunque los de mayor perspectiva, si se los respalda.
JOSÉ NEIRA REY