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CÚCUTA.- Los 40.000 aficionados que no asistieron ayer al General Santander se perdieron de vivir 20 momentos especiales, que quedarán en el recuerdo de los escasos 4.000 hinchas que acompañaron al once motilón contra La Equidad.
Esos otrora seguidores del cuadro rojinegro tendrán buenas razones para abandonar las tribunas, alejarse del estadio, colgar la camiseta, esconder la gorra, arriar la bandera, olvidar la nómina titular, no hablar del asunto en el resto de semana y tirar a la basura la colección de boletas de entrada.
En épocas cercanas ir al escenario de la Diagonal se había convertido en programa dominical obligado. Incluso, era un paseo familiar y se podía llevar a los chinos a corretear por la Plaza de Banderas, convidar a la mujer a pecar en el ‘palacio del colesterol’, ir con los compadres a beber en la esquina de siempre y motivar a los amigos a discutir en grupo.
Ahora, esas costumbres comienzan a hacer parte del pasado, no importa que tan cerca esté, y se cambiaron por ver el partido por televisión, jugar minitejo en el barrio, almorzar mute donde la vecina, mandar a los pelados a visitar a la nona y no salir de casa.
Esos espectadores de antaño se perdieron de lo siguiente:
1.- Ver el regreso a la titular de William Buenaños, perdonado por las irregulares presentaciones de comienzo de torneo.
2.- Observar a las señoras elegantes que conservan la postura, a pesar de las malas jugadas del local.
3.- Ver al cacique Pedro saltando todo el tiempo y gritando sin importarle que nadie le ponga cuidado.
4.- Escuchar los insultos de un hincha furibundo contra alguien en la cancha al que acusa de borracho e irresponsable.
5.- Ver torcer la boca al gerente del club rojinegro al término del partido, en señal de desagrado por el marcador conseguido (0-0).
6.- Escuchar la frase lapidaria del médico viejo que no pierde partido así sea entresemana: ‘Eso es todo lo que tenemos’.
7.- Soportar la rabieta del técnico visitante, porque el juez decretó un penalti en contra de su equipo. Hasta amenazó con retirar a los jugadores del campo de juego.
8.- Oír la sentencia ligera de los comentaristas de televisión venidos de Bogotá por decisiones contra el once capitalino.
9.- Escuchar los insultos contra el juez de línea por alzar la bandera para señalar un fuera de juego irreal.
10.- Ser testigo del manoteo de Zapata, en acto de falta de respeto al técnico, porque le recriminó una jugada que pudo ser gol a favor.
11.- Ver los 45 segundos que duró el regaño del capitán Bolaños a uno de sus compañeros por no meter la pierna fuerte y ganar el balón.
12.- Ver la rabieta del debutante Castillo porque lo relevaron a los 30 minutos del primer tiempo. La ira lo hizo caminar rápido al camerino, no saludar al que lo remplazó, no agradecer al técnico la oportunidad y no ser solidario con el equipo.
13.- Disfrutar de un partido en paz por la ausencia de hinchas del visitante. Se vivió la tranquilidad por siempre reclamada.
14.- Ver cómo los delanteros motilones dilapidan ocasiones de gol que en la tribuna se celebran con anticipación.
15.- Observar cómo se llena la barda de Sur con nombres de barras fantasmas. El trapo ondea sin dueños, sin seguidores.
16.- Escuchar el reclamo airado de ‘La Banda del Indio’ a los jugadores para que respondan como profesionales al compromiso adquirido.
17.- Ver cómo los dólares pagados por Cristaldo comienzan a sentirse como mala inversión.
18.- Escuchar los madrazos de los indios a los jugadores, porque no corresponden a las expectativas deportivas.
19.- Escuchar el cántico que saca técnicos, entonado al ritmo de tambor por ‘La Banda’. “Profe, profe De la Pava, esta hinchada no te quiere más”.
20.- Escuchar en la rueda de prensa la respuesta del técnico a ese estribillo. “No voy a renunciar”.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
