1.- Mientras entre nosotros – y sin excepciones – no exista el deseo de avanzar y lograr el desarrollo y EL progreso que tanta falta hace, generando empleos y ampliando perspectivas, el exagerado individualismo tradicional seguirá dominando, no solo en las asociaciones de representación, tanto privadas como públicas, sino en el manejo y LA conducción de las opciones que hace varios años se insinúan, pero que no caminan, porque falta la fuerza de la participación humana y pensante, coherente y constante.
Los casos de la intercomunicaciones – incluyendo las del ferrocarril y una mayor apertura de lo aéreo – junto a lo alusivo del agua, el potencial eléctrico, los productos exportables y la formulación de una nueva mentalidad, que genere contactos y vasos comunicantes, con diferentes lugares del mundo y especialmente con Venezuela, para dar real aplicación a la propuesta de crear una Especial Zona Económica que sea impulsora y gran auxiliar para el proceso de trasformación y cambio que debe operarse en esta zona, no registran aún la conjugación y la labor mancomunada y activa de quienes representan la gestión empresarial e industrial, así como la vocería de las expectativas y los anhelos de quienes aspiran a llegar a una gestión más dinámica y emprendedora, en el campo de la representatividad y la asesoría especializada regional y fronteriza.
2.- Sí, hay una quietud alarmante. Y lo que es más grave es el silencio, la apatía y la indiferencia de los voceros de la conducción directiva y política que no producen manifestaciones sobre el crítico momento actual y las repercusiones socioeconómicas y políticas para la comunidad ubicada en esta frontera.
Es tanto lo que hay por hacer y tan gigante el reto, que sorprende el silencio hacia la creación del Centro del Pensamiento y Desarrollo Regional y Fronterizo, establecimiento cultural y educativo, insinuado recientemente y que encaminaría las innovaciones, las nuevas tecnologías, los emprendimientos y la modernidad que se extienden por el orbe.
Ese Centro, en una zona fronteriza tan especial como la nuestra y con posibilidades de llegar a entendimientos y gestiones de gran proyección, como las que recientemente comenzaron a brotar en los diálogos con representantes y voceros del estado Táchira, permiten colegir, no solo la importancia, sino la necesidad, y urgencia, de otorgarle a la frontera una visión y una asistencia de amplia proyección y perspectivas.
3.- Sí, nos hace falta un mayor sentido de pertenencia y valoración de realidades. Y para dar esos pasos lo básico y fundamental radica en el comportamiento de dirigentes o directivos, porque sin unión y labor en equipo los riesgos que se asuman y los propósitos que surjan para salir de la encrucijada que vivimos, nuestro futuro, puede estar seriamente amenazado.
Ojalá la Gobernación, la Asamblea, las alcaldías y la representación de lo privado en todos los grados y niveles hagan un alto y giren en procura del desarrollo y del progreso. La situación es grave y amerita toda la atención y asistencia.
JOSÉ NEIRA REY