CÚCUTA.– Por estos días estamos viendo una afectación en la movilidad de la ciudad por las obras de mantenimiento de la malla vial. Se aprecia el afán que tiene la administración municipal por cumplir en seis meses lo que se ha debido hacer en los tres años anteriores. Esto, lógicamente, tiene efecto sobre la movilidad, porque son muchas vías intervenidas al tiempo, con el fin de lograr este objetivo.
Sin embargo, es importante aclarar que estas labores de bacheo las estamos pagando como si fuera pavimentación y están incluidas en el impuesto de Valorización que, en su momento, el gremio manifestó que la administración municipal había hecho un préstamo a 10 años con intereses muy altos por ser una entidad gubernamental para adelantar algunas obras, entre las que se incluyó pavimentación de vías.
Mantener la malla vial de la ciudad es una labor inherente a los compromisos de los alcaldes que deben ser atendidas con los recursos propios provenientes de los impuestos municipales que todos debemos pagar anualmente.
Fenalco hizo varios pronunciamientos en el sentido que se nos estaba cobrando una valorización anticipada, con interés casi bordeando la tasa de usura, y que no veíamos las obras. Esto ocurrió en el 2018.
Hoy, lo que estamos viendo es que efectivamente se están ejecutando labores de parcheo y bacheo y no de pavimentación, que por supuesto tienen claras diferencias en costos, que si apreciamos la definición técnica, sería:
“Parcheo y bacheo: Reparación de pequeñas áreas fracturadas de las carpetas asfálticas (parcheo), la reconformación, el remplazo o adición de material de base o subbase subyacente a la carpeta deteriorada (bacheo) cuando sea necesario”.
Queda claro que lo que estamos viendo en la ciudad es un parcheo y bacheo, porque se observa que solo se mejora lo que está deteriorado. Sería bueno que el Alcalde y la interventoría de las obras le explicaran a la ciudadanía, qué tiempo de vida útil tienen las vías que están siendo atendidas y qué podemos esperar de estos mantenimientos, pero aún más, si existe una programación para el cierre de vías con el plan de manejo que se requieren y que debe presentar el contratista de la obra.
Hasta ahora lo que hemos visto es el caos y la improvisación para el cierre de estas vías, sin que exista una orientación o señalización adecuada y la ausencia de la autoridad de Tránsito para mitigar la congestión vial de estas obras de mantenimiento. En horas pico, lo que vemos es a los ciudadanos autorregulándose cuando sin previo aviso caen inmersos en estos cierres.